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Geoffrey Elton, condenado a 20 años por el crimen de Gloria, en un momento del juicio por el asesinato. MIGUE FERNÁNDEZ
20 años de prisión para el marido de Gloria Tornay, la vecina de Montejaque asesinada a puñaladas

20 años de prisión para el marido de Gloria Tornay, la vecina de Montejaque asesinada a puñaladas

El procesado, Geoffrey Elton, reconoció en el juicio la autoría del crimen alegando que sufría un trastorno de ideación delirante, lo que ha quedado descartado en la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Málaga

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Miércoles, 24 de noviembre 2021, 13:57

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La Sección 1ª de la Audiencia Provincial de Málaga ha fijado en 20 años y un día de prisión la condena por el crimen de Gloria Tornay, la vecina de Montejaque que fue brutalmente asesinada a puñaladas por su marido, Geoffrey Elton, en su vivienda de Estepona. El fallo por el feminicidio se ha hecho público en la semana del 25-N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

La sentencia fue dictada este lunes, después de que el pasado 19 de noviembre el jurado emitiese su veredicto, declarando por unanimidad la culpabilidad del encausado por el asesinato de Gloria, así como las circunstancias agravantes por parentesco, alevosía y ensañamiento.

El propio marido reconoció la autoría del crimen en su declaración ante el magistrado, alegando, en cambio, que no era consciente de sus actos. Lo cierto es que la noche del 9 de marzo de 2019 acabó con la vida de su mujer haciendo uso de una violencia desmesurada. Lo hizo en la vivienda familiar de Estepona, donde se encontraban Gloria y su hijo menor, que entonces tenía 15 años, sin que ninguno de los dos llegase a imaginar la tragedia que se aproximaba.

Entre las 22.30 y las 23.45 horas, Geoffrey comenzó a golpear a la víctima en la cara, tapándole la boca para asfixiarla e intentó estrangularla, tal y como se recoge en el apartado de hechos probados de la resolución judicial. Como no conseguía terminar con la vida de su esposa de esa forma, la apuñaló en repetidas ocasiones hasta lograr su propósito.

El encausado actuó de forma sorpresiva, con ensañamiento y alevosía. De acuerdo con el fallo judicial, lo hizo aprovechándose de la situación de «completa indefensión» en la que se encontraba Gloria. En su cuerpo se encontraron restos de sustancias tóxicas como metadona y morfina. Geoffrey cometió el crimen a sabiendas de que su mujer no tenía ninguna posibilidad de escapatoria ni de defensa.

La víctima había manifestado a su entorno más próximo su intención de divorciarse del acusado. Le estaba haciendo la vida imposible y así se lo confesó a una familiar, como esta misma persona testificó en el juicio. Para los miembros del jurado, este pudo ser el móvil por el que Geoffrey cometió el asesinato machista.

Plenas facultades

Durante el juicio, la defensa solicitó la aplicación de la eximente completa para Geoffrey porque, según alegó, el crimen fue consecuencia del trastorno de ideación delirante que padecía. Pero el jurado, tras la práctica de todas las pruebas, descartó de manera contundente la enfermedad neurótica pretendida.

Así, de acuerdo con el veredicto, en el momento de los hechos Geoffrey no presentaba trastorno alguno o, en caso de presentarlo, era tan leve que no le impedía conocer lo que hacía ni actuar conforme a esa comprensión, según se especifica de forma literal en la sentencia.

Esta es la conclusión a la que llegó el jurado de forma unánime al analizar su actitud y su comportamiento en la noche del asesinato. Antes de acuchillar mortalmente a Gloria decidió echar al hijo menor de la vivienda y también arrojó los teléfonos a la calle, evitando así el aviso a los servicios sanitarios.

No fueron las únicas medidas que tomó para llevar a cabo el feminicidio. Geoffrey cerró la puerta del domicilio con tres cerraduras, impidiendo la escapatoria de Gloria y su auxilio, y apagó el cuadro de la luz para dificultar la visibilidad mientras ejecutaba su crimen.

Todo ello llevó al jurado a considerar que la sintomatología manifestada por Geoffrey era «factible de ser fingida, exagerada o planeada como una estrategia», exponiéndose así en la sentencia.

En virtud del veredicto de culpabilidad al que llegó el tribunal del jurado, la Sección 1ª de la Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a Geoffrey a 20 años y un día de prisión como autor de un delito de asesinato cometido en el ámbito de la violencia de género.

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