El carterista bailarín de la Costa del Sol

Se trata de un viejo conocido de los agentes de la Comisaría de Benalmádena-Torremolinos, que solo el año pasado lo detuvieron hasta en diez ocasiones. Al parecer, el supuesto ladrón, al que llevaban tiempo sin ver, pasó cerca de un lustro entre rejas en la prisión de Salamanca y salió en libertad en 2022. Al cabo de unos meses se trasladó de nuevo a la Costa del Sol, donde volvió a las andadas.

Su historial policial, según precisaron a SUR fuentes próximas al caso, se remonta al año 2000, cuando los investigadores estiman que llegó a Málaga en situación administrativa irregular. Desde entonces acumula casi un centenar de arrestos, habiéndose producido buena parte de ellos en los municipios de Torremolinos y Benalmádena.

Pese a ser un asiduo en los calabozos, la verdadera identidad de este carterista, a día de hoy, continúa siendo una incógnita para los agentes. Se sospecha que tiene 51 años y que es natural de Argelia, aunque policialmente le constan hasta 21 nombres diferentes, así como distintas nacionalidades. Desde la francesa a la palestina.

Su perfil, según las fuentes, es el de un delincuente que huye de la violencia y especializado en los robos al descuido. Pocas veces le fallaba la técnica de abordar a turistas -en ocasiones, también a personas mayores- con la excusa de darles el folleto de un espectáculo de flamenco. Mientras simulaba su baile, iba acortando las distancias. Entre palmada en el brazo y broma, un braceo y una vuelta. Y así hasta que la cartera de la víctima acaba en su bolsillo.

El aumento de denuncias por estos hurtos en abril dio lugar a la apertura de una investigación que fue asumida por los efectivos de Delincuencia Urbana, de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría de Torremolinos-Benalmádena. En la investigación también participaron los grupos de Delincuencia Urbana I y II de Torremolinos. Tanto las características físicas aportadas por los perjudicados como el modus operandi apuntaban desde un inicio al sospechoso.

En total, se le atribuyen 23 hurtos cometidos a lo largo de 2024 que han sido probados por los agentes gracias a las imágenes de cámaras de seguridad o por el reconocimiento directo de los propios afectados. Pero no son los únicos delitos que se le imputan en este periodo, en el que ha llegado a sumar una treintena de ilícitos.

El supuesto ladrón, al parecer, aprovechaba la más mínima oportunidad que encontraba para delinquir. Muestra de ello sería su afición por colarse en hoteles para comprobar si algún huésped se había dejado la puerta abierta. Probaba habitación por habitación. Y en alguna ocasión, con éxito. También se le arrestó un par de veces por acceder a los cuartos por la ventana tras escalar por la fachada.

Otra de las detenciones fue por el tremendo susto que dio a un matrimonio británico, al que dejó encerrado en un propio apartamento turístico de Benalmádena. En esta ocasión, el sospechoso accedió al inmueble por la noche (se cree que abriendo la puerta con el método del resbalón), mientras la pareja dormía.

Los ruidos despertaron al hombre y a la mujer, que lo sorprendieron junto a la puerta. Al parecer, el ladrón se puso tan nervioso que, tras sustraer un bolso y un móvil, entre otros efectos, agarró las llaves y, una vez fuera, los dejó encerrados antes de darse a la fuga.

El supuesto carterista no era de los que oponían resistencia para intentar huir de los agentes. Tampoco de los que negaba la mayor. Al parecer, en su último arresto reconoció a los policías que llevaba meses poniéndose las botas con los hurtos porque necesitaba dinero para consumir. «Me habéis pillado, no lo puedo evitar…estoy muy enganchado», confesó. Ya ha vuelto a prisión.