Asistentes al concierto de Morad en Torre del Mar: «Ha sido un horror, una pesadilla, estamos vivos de milagro»

De la gravedad de lo sucedido deja constancia también la Policía Local de Vélez-Málaga en un informe interno, al que ha tenido acceso SUR. «Ha sido un horror, una pesadilla, estamos vivos de milagro». Éste es uno de los numerosos testimonios recopilados por los agentes que actuaron para tratar de poner algo de orden en una situación absolutamente descontrolada, por la aglomeración de más de 10.000 personas en un recinto con capacidad para apenas 2.000.

En concreto, los policías se entrevistaron con los hermanos de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús el Resucitado y Virgen de la Estrella, que estaban en la barra situada a ambos lados de la caseta, manifestándoles que han pasado «mucho miedo debido a los actos vandálicos, violencia, llegando a sufrir robos de botellas de bebidas alcohólicas y amenazas de muerte por no facilitar bebidas a ciertos clientes, tales como 'te voy a rajar el cuello si no me das una botella de agua'», según recoge el informe al que ha tenido acceso este periódico.

De hecho, cuatro de los hermanos de esta cofradía fueron atendidos por los servicios sanitarios en el lugar, «por ataques de pánico y ansiedad, manifestando en un estado de nerviosismo y llorando desconsoladamente, frases como »Ha llegado un punto en el que hemos tenido que saltar de la barra y abandonarla por miedo a que nos ocurriera algo», «Ha sido un horror, yo temía por la vida de mi hermana», «Nos podían buscar la ruina», «No había manera de pararlo», «Ha sido una pesadilla», «Que se venían todos a lo alto de las botellas, con miedo a que se rajaran», «No os podéis hacer una idea de lo que esto ha sido», «Estamos vivos de milagro», «Desde afuera nos amenazaban».

Los agentes hacen constar en su informe el «descontrol existente en la carpa y proximidades, siendo requeridos por múltiples personas, que requerían presencia policial por peleas, agresiones, robos en las casetas situadas en el interior de la carpa, etc.». Los policías locales pudieron comprobar como el perímetro de seguridad «había sido desmontado parcialmente, y usado para escalar a modo de escalera, provocando aglomeraciones de personas en los baños portátiles, contenedores, vehículos estacionados y estructuras metálicas de la parte superior de la carpa».

Según el informe, a las 1.05 horas, el intendente jefe, contactó con la sala de transmisiones, «comunicando que por orden del alcalde, se le informe al jefe de servicio, que con ayuda de Policía Nacional, saquen al artista del escenario y suspendan la actuación». «Conforme se va desalojando la carpa, de forma continua los agentes son requeridos por asistentes, comunicando robos, amenazas, actos vandálicos, menores extraviados y agresiones varias, manifestando algunos padres, que de saber lo que iba a ocurrir aquí, no hubieran traído a sus hijos», agrega el documento.

Asimismo, se personó en el lugar el personal de seguridad privada contratado, «muy alterados y frustrados ante la imposibilidad de controlar el evento». Una vez desalojada parcialmente la carpa, los agentes «pueden comprobar como en el suelo del interior se encuentra plagado de 'bombonas del gas de la risa', así como globos de pequeño tamaño usados probablemente para su inhalación y botellas de cristal», apostilla la Policía Local en su informe, que destaca que en el desalojo, los agentes comprobaron «la cantidad de jóvenes menores de edad, de entre 12 y 14 años».

Los policías locales personados en el lugar «y ante la previsibilidad de que esto pudiera ocurrir, en base a la trayectoria y antecedentes de este artista y al perfil de una buena parte de sus seguidores», en el informe oficial destacan que «el número de efectivos existentes en el lugar así como las medidas de seguridad, sobre todo en lo que concierne al control de acceso a menores de edad, aforo y control de prohibición de entrada de sustancias prohibidas, armas u objetos peligrosos, era claramente insuficiente, creando una situación de grave riesgo».