Acoge a un amigo en su casa en Málaga y lo detienen por abusos a su nieta y a otras dos niñas

El caso partió de la denuncia de la madre de una de las menores, representada por la abogada Marta Bulnes, quien acudió a la Comisaría Provincial para poner en conocimiento de la Policía Nacional los supuestos abusos sufridos por su hija.

La mujer contó que los hechos habían sucedido en el domicilio de la abuela de la menor, donde la pequeña solía quedarse a dormir por motivos escolares. Las supuestas agresiones sexuales habrían comenzado cuando la cría tenía 7 años y se habrían prolongado hasta la adolescencia.

Según las fuentes consultadas, en esa vivienda residía un amigo íntimo de la familia -en concreto, del tío de la menor- que por circunstancias personales se vio necesitado de un techo donde quedarse y la abuela de la niña lo acogió.

El hombre se instaló temporalmente y ayudó con los gastos de la casa, por lo que la situación se prolongó en el tiempo y acabó quedándose en el domicilio durante al menos ocho años, en los que la convivencia transcurrió con aparente normalidad.

Sin embargo, con el paso de los años, la adolescente reveló que sufría tocamientos por parte de este individuo desde que era pequeña. Y no sólo ella: también dos amigas de ésta que a veces se quedaban a dormir en la casa de su abuela.

Las fuentes consultadas explicaron que en las supuestas agresiones sexuales no medió violencia ni intimidación, ni tampoco amenazas a las menores, pero que el adulto supuestamente se prevalió de la confianza que la familia tenía en él.

Además, el hombre les habría hecho diferentes regalos y las llevaba a la playa o a excursiones a Nerja o a Sierra Nevada.

A la vista de este testimonio, los agentes del Grupo de Menores (Grume) de la Policía Nacional iniciaron una investigación en la que tomaron declaración a las adolescentes en compañía de sus padres y confeccionaron un atestado que remitieron al juzgado de guardia.

El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Málaga apreció indicios de la presunta comisión de un delito continuado de agresión sexual a menores de edad y envió a prisión provisional al sospechoso.

El magistrado consideró que el investigado no posee un arraigo suficientemente sólido en el país como para atenuar el riesgo de fuga teniendo en cuenta las elevadas penas que podrían recaer sobre él en una hipotética condena.

Además, también apreció la posibilidad de reiteración delictiva y «la peligrosidad evidente» en relación con las menores víctimas, lo que, a su juicio, constituye argumentos sólidos para decretar la prisión provisional.