Un nuncio elegido por el papa Francisco para limar asperezas con Pedro Sánchez
Piero Pioppo será el nuevo embajador del Vaticano en España tras obtener el visto bueno del Gobierno
El Vaticano tiene nuevo nuncio apostólico (embajador) en España: se trata del arzobispo italiano Piero Pioppo, miembro del cuerpo diplomático de la Santa Sede y ... que estaba destinado hasta ahora en Indonesia y ante la Asociación de las Naciones del Sureste Asiático (ASEAN). El nombramiento de Pioppo, que cumple 65 años a finales de mes, fue ratificado este lunes por el Papa León XIV, aunque fue su antecesor, Francisco, fallecido el pasado 21 de abril, quien inició los trámites para ponerle al frente de la nunciatura de Madrid. Pioppo sustituye al arzobispo filipino Bernardito Aúza, desde marzo representante de la Santa Sede ante la Unión Europea y que dejó un nefasto recuerdo en parte del episcopado español.
El largo período de 'sede vacante' en la legación diplomática vaticana en nuestro país ha dado fruto a interpretaciones diversas. Mientras que el semanario religioso 'Vida Nueva', que adelantó el nombre de Pioppo, lo justificó por supuestas «demoras técnicas» ligadas al período vacacional, la publicación conservadora 'Silere Non Possum' lo relacionó con las fricciones entre una parte de los obispos españoles y el Gobierno de Pedro Sánchez. El presidente socialista, que se declaró en una reciente entrevista en TVE «no católico» ni practicante, aunque sí que dijo que «escucha» al Papa y a la Conferencia Episcopal, no se ha reunido todavía con León XIV. No acudió a la misa con la que inició oficialmente su pontificado el pasado 18 de mayo, en la que España estuvo representada por Felipe VI y doña Letizia, y tampoco ha viajado a Roma desde entonces para mantener una audiencia privada con el Pontífice. Hasta ahora ambos sólo han mantenido la conversación telefónica del 11 de junio, en la que Sánchez invitó al Papa a visitar nuestro país.
Ese posible viaje, que Francisco nunca realizó, será una de las tareas en las que tendrá que trabajar Pioppo, un hombre de larga carrera diplomática y que conoce bien los engranajes de la Curia romana. Ha prestado sus servicios en las nunciaturas apostólicas de Corea, Chile y Camerún y Guinea Ecuatorial y, además, entre 2006 y 2010, fue prelado del Instituto para las Obras de Religión (IOR), el llamado 'banco vaticano', una institución en el epicentro de numerosas polémicas hasta que el Papa Francisco procedió a su reforma. Antes Pioppo fue secretario personal del cardenal Angelo Sodano, uno de los hombres de mayor poder durante el último período del pontificado de Juan Pablo II y conocido por sus posiciones conservadoras. Fallecido en 2022, Sodano fue uno de los máximos exponentes de la época en la que la jerarquía eclesiástica prefería negar, encubrir o mirar hacia otro lado cuando aparecían denuncias de posibles casos de abusos sexuales a menores cometidos por eclesiásticos.
Labor entre musulmanes
Jorge Mario Bergoglio se habría hecho una óptima opinión del nuevo 'embajador' de la Santa Sede en nuestro país durante su viaje a Indonesia en septiembre del año pasado, una vista que le tocó coordinar a Pioppo al estar entonces al frente de la nunciatura en Yakarta. En la nación con el mayor número de musulmanes del mundo y donde los católicos suponen únicamente el 3% de la población, Pioppo dedicó buena parte de sus esfuerzos al diálogo interreligioso, además de a monitorear el desarrollo de la Iglesia local.
En Madrid, las tareas del nuevo nuncio no serán mucho más fáciles. Por un lado, tendrá que engrasar la interlocución con el Ejecutivo de Pedro Sánchez, que no siempre ha mantenido una relación fluida con la jerarquía eclesiástica. Le tocará, por otro lado, hacer llegar a la Conferencia Episcopal Española (CEE) las líneas maestras marcadas por León XIV desde el Vaticano y, sobre todo, elaborar las ternas para que el Pontífice elija a los nuevos obispos. Su antecesor, el arzobispo Aúza, fue criticado en diversas ocasiones por los perfiles principalmente conservadores que elegía para los candidatos a pastorear las diócesis, por lo que Pioppo tendrá que buscar un mayor equilibrio de manera que se vean representadas las diversas sensibilidades que conviven dentro de la Iglesia española.
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