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Garzón: el letrado ante la bestia

El abogado de Teresa Romero llevó también los casos de las niñas de Alcásser, Rocío Wanninkhof, Sandra Palo y Sonia Carabantes. Antes era cartero. «El mal está ahí y hay que saberlo»

francisco apaolaza

Lunes, 17 de noviembre 2014, 01:24

Entró a la sala de autopsias del Anatómico Forense en primavera de 2003, contempló el estado de la cría y supo que en adelante no ... olvidaría aquello. «Ella no lo merecía...». El abogado José María Garzón (Madrid, 1968) estaba delante del cadáver de Sandra Palo, de 22 años, rubia y discapacitada psíquica. Cuatro jóvenes la habían raptado en una parada de autobús de Getafe. La habían violado los cuatro, la habían golpeado con un palo en la cabeza, le habían pasado siete veces por encima con las ruedas de su coche y finalmente la habían quemado viva. Porque hasta que Sandra Palo ardió, no murió. Garzón estaba allí delante de los signos de una barbarie que en adelante marcaría su vida. Lo recuerda cuando sus hijos salen por ahí y le dicen que se «raya» mucho, que «no pasa nada», que el mundo «no es tan malo». Ellos no han mirado a los ojos a la bestia ni contemplaron el abismo al que se asoma su padre desde la liga de las estrellas del derecho penal español. Hoy es el letrado de Teresa Romero y Javier Limón, su enésimo caso mediático.

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