El doble techo

A riesgo de caer en la reiteración: las lesbianas existimos. No sólo eso. También ligamos, practicamos sexo, nos enamoramos, nos casamos y tenemos hijos. Todo ... esto parece una obviedad, hasta que se comenta en voz alta y la perplejidad del interlocutor se lee en su rostro. Sí, en estos 20 años tras la aprobación de la ley del matrimonio igualitario en España las mujeres lesbianas y bisexuales hemos ganado en tolerancia, en igualdad de derechos y en visibilidad. Pero nuestro mundo sigue siendo un gran enigma, incluso para nuestros compañeros de las letras 'GTBI'. Por poner un par de ejemplos: el método ROPA, la única técnica de reproducción asistida permitida exclusivamente a las parejas de mujeres, es todo un misterio para el común de los mortales; y en las fiestas del orgullo de Torremolinos de 2025, con la experiencia de 10 años de celebración, todavía será muy excepcional escuchar una 'playlist' de temazos lésbicos. Porque, aunque la 'L' esté en primer lugar sobre el papel, en la práctica cuesta romper el techo de cristal para ser, verdaderamente, las primeras de la lista. Un doble techo, por ser mujer y por ser lesbiana, que hay que romper día a día, orgullo tras orgullo y revista tras revista.