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Un club marroquí de Torremolinos prohíbe la entrada a «maricones»

Un club marroquí de Torremolinos prohíbe la entrada a «maricones»

El local, en calle Cruz, advierte de la «expulsión inmediata» de quienes incumplan su homófobo código de conducta. La alcaldesa anuncia que el Ayuntamiento hará «todo lo que esté en nuestra mano» para evitar su actividad

Jueves, 9 de enero 2025, 20:15

Un local de Torremolinos, histórica cuna de libertad de la comunidad LGTBIQ+ en Europa, ha prohibido la entrada a «maricones». Se trata de un club anunciado como «de lujo» y «marroquí», situado en calle Cruz, en pleno centro del municipio costero. Su apertura está prevista el 18 de enero. En su reglamento, el local, llamado Casa Fátima, anuncia que expulsará de manera inmediata a quienes incumplan su homófobo código de conducta, que sanciona las peleas, el consumo de drogas, el uso de gorras y chanclas y la presencia de «maricones». Este reglamento ha sido publicitado por el propio club en sus redes sociales, donde detallan que su primer evento se llamará 'Noche Superstar', con un coste de veinte euros por entrada.

La reacción de la alcaldesa, Margarita del Cid, no se ha hecho esperar. La primera edil ha advertido de que el Ayuntamiento «no va a consentir estas actitudes» y ha anunciado que hará «todo lo que esté en nuestras manos para prohibir este evento y cualquier actividad de un club que fomente esta lamentable actitud». Del Cid ha insistido en que «el odio y la homofobia no tienen cabida aquí» y ha lanzado un tajante mensaje a los responsables del local: «Los únicos que sobran son ellos». Este periódico ha intentado sin éxito ponerse en contacto con los responsables del club.

Vinculación con la comunidad LGTBIQ+

La vinculación de Torremolinos con la comunidad LGTBIQ+ viene de lejos. En los años sesenta, cuando la dictadura y su constreñida moral daban los últimos coletazos, este pueblo, por entonces barriada de Málaga, funcionaba como barra libre de placeres por entonces prohibidos. Aquella zona de pescadores se había convertido en una puerta a la libertad y la diversidad negadas en el relato oficial. En la plaza de la Nogalera y el Pasaje Begoña se dormía de día y se vivía de noche. Había restaurantes familiares, tablaos flamencos, clubes de alterne, coquetos establecimientos de jazz y locales frecuentados por lesbianas, gays, bisexuales y travestis, descorchando un movimiento que todavía hoy sigue conquistando derechos.

La condición de Torremolinos como referente para la comunidad LGTBIQ+ también ha generado rechazos, censuras e inquietudes como respuesta reaccionaria a este espacio de libertad abierto en plena Costa del Sol. Fue lo que ocurrió en 1971, cuando una macrorredada policial dejó cientos de detenidos, varios locales clausurados y la protesta de la prensa internacional y las embajadas. Mucho después, ya en democracia, el entonces alcalde Pedro Fernández Montes resbaló en varias ocasiones con declaraciones e incluso comunicados en los que se refería al turismo gay como «de baja estopa» (sic) y distinguía entre homosexuales «serios y formales». En otra surrealista nota, Fernández Montes negaba que La Nogalera fuese «la Chueca de Torremolinos» y afirmaba que la plaza «no tiene ninguna connotación relacionada con cualquier clase de opción sexual».

Estas actitudes quedaron atrás con los gobiernos de José Ortiz (2015-2021) y Marga del Cid (2021 - hasta la actualidad, desde 2023 con mayoría absoluta), que han impulsado el Orgullo LGTBIQ+ en el municipio, cita que reúne a cientos de miles de personas, y han promovido el turismo gay. Bajo la batuta de Del Cid, de hecho, Torremolinos presentó su candidatura a ser sede del EuroPride.

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