José Ferrary: «Hay que vivir las cofradías desde pequeño para comprenderlas»

–¿Cómo va a celebrar los cultos de su parroquia este Viernes Santo?

–Lo haré en privado. Como todos los españoles y residentes en nuestra nación, tenemos que someternos a lo que hoy nos pide el Gobierno por el bien del país y de los españoles. Para eso, también, tenemos unos criterios que nos proporciona el Obispado y nos orientan al respecto. Como los sacerdotes que trabajamos en la parroquia no vivimos allí, si no que para ir tenemos que salir a la calle, no podemos abrirla, ni celebrar en ella.

–¿Cómo está viviendo la Semana Santa sin procesiones?

–Como cofrade que soy, la vivo con tristeza. Esta situación ni me gusta ni estoy acostumbrado. Jamás en la vida he vivido una cosa así y confluyen sentimientos de pena y de rabia. Es verdad que ha habido momentos en mi vida que la Semana Santa se ha visto empañada por la lluvia y esa supresión da coraje, sobre todo, cuando la semana anterior no ha llovido. Pero lo que estamos viviendo es extraño.

–¿Hasta qué punto son necesarias las procesiones para la Iglesia?

–La Iglesia somos todos los bautizados y las procesiones son importantes en la medida que son muchos los bautizados los que se encuentran implicados en las hermandades, en nombre de la Iglesia, para cumplir una misión. Pero, además, una procesión es una catequesis que nos habla directamente al corazón. Tiene un valor y una riqueza, pero ahora, me temo, que no tenemos tiempo de ahondar en este asunto. Solo quiero apuntar que una hermandad expresa la riqueza de aquellos que se asocian para dar expresión de la fe, tanto en la procesión, de modo expreso, como durante todo el año, mediante la vida de la cofradía, con actividades formativas, de caridad o en la celebración de sus cultos.

–¿Por qué hay tan pocos sacerdotes cofrades?

–Curiosamente, creo que, al contrario, sí hay bastantes sacerdotes cofrades. Otra cosa es que no se sepa. Aun así, piense que, como los sacerdotes no somos muchos, quizás las cuentas habría que hacerlas de otro modo. En lo que sí estaría de acuerdo es en afirmar que sí hay sacerdotes que, siendo cofrades, no son hermanos de ninguna hermandad, y también bastantes que, sin haber vivido la realidad cofrade, sí trabajan con las cofradías y terminan entendiéndolas. De todos modos, está claro que el mundo cofrade hay que vivirlo desde pequeño para terminar comprendiéndolo, sintiéndote parte de él.

–La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos sugiere que se celebren procesiones el 14 y 15 de septiembre. ¿Es partidario de esta propuesta?

–Yo a esta sugerencia no le doy más valor del que tiene. Lo que los obispos determinen será lo que tengamos que hacer, sin más valoraciones. El resto es especular. Yo lo único que digo es que, poco antes, el 8 de septiembre, es el día de la Virgen de la Victoria, nuestra Patrona.

–Es Viernes Santo...

–Soy hermano de varias hermandades. De ellas dos son del Viernes Santo, Dolores de San Juan y Sepulcro, además de director espiritual del Descendimiento. Por tanto, para mí, el Viernes Santo es un día especial. Es un día que se vive el silencio en la calle y el luto, pero con la mirada puesta en la resurrección. Personalmente, disfruto con Redención en la calle y con el final, con la Virgen de la Soledad de vuelta a calle Alcazabilla.