Manel Esteller: «Comer con moderación se asocia a más tiempo de vida»
El jefe del Grupo de Epigenética del Cáncer en el Instituto de Investigación Contra la Leucemia Josep Carreras protagoniza un nuevo encuentro de 'Salud es Más', patrocinado por la Fundación Unicaja y organizado por SUR
El jefe del Grupo en Epigenética del Cáncer en el Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras y catedrático de Genética de la Universidad ... de Barcelona, Manel Esteller, protagonizó ayer un nuevo encuentro del ciclo 'Salud es Más', patrocinado por la Fundación Unicaja y organizado por SUR. Considerado uno de los expertos mundiales en epigenética, es decir, en el estudio de cómo el entorno y el estilo de vida influyen en los genes sin modificar la secuencia de ADN, así como en longevidad, Esteller dio las claves para envejecer con mejor salud. Una de ellas fue la siguiente: «Comer con moderación se asocia a más tiempo de vida, está claro».
El acto fue moderado por el periodista Pedro Luis Gómez y acompañaron a Esteller el director de Actividades Sociales de la Fundación Unicaja, Gerardo Lerones, y el jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Virgen de la Victoria, Emilio Alba, que intervinieron antes de la ponencia de Esteller y en el turno de preguntas. Así, para Esteller comer con moderación es un patrón de conducta «complejo» de seguir, porque «estamos preparados evolutivamente para comer y correr todavía», pero, subrayó, «nuestra ingesta es superior a la que debiéramos, ingerimos como si tuviéramos que estar corriendo en la sabana todavía».
La reflexión de Esteller vino a contestar una pregunta a Alba sobre cómo evitar el patrón epigenético de llegar a los 90 años y vivir 20 de ellos con continuos problemas de salud, al hilo de la cuestión previa de un espectador. Dio dos claves más el experto mundial en la investigación del cáncer: «Evitar el hábito tóxico, el tabaco y el alcohol, son hábitos que envejecen muchos» y sólo el 15% de la población es resistente a sus efectos, «es algo que está en nuestra mano, son conductas muy adictivas, esto nos hace acortar la vida y su calidad muchísimo». Y, en segundo lugar, aludió al «ejercicio físico moderado, evitar el sedentarismo», para señalar después la ingesta calórica.
En una ponencia de una hora, en la que repasó investigaciones fundamentales para el avance de la ciencia médica en campos como la lucha contra las demencias y el alzhéimer, la diabetes tipo 2 o numerosos tipos de tumores, destacó que, en Barcelona, hay una diferencia de hasta diez años de esperanza de vida entre el barrio con más ingresos y el que menos tiene. «Hay una frase terrible que para mí es cierta: uno de los principales factores que determinan tu supervivencia en las ciudades es tu código postal, el barrio donde vives, existe una diferencia de diez años de supervivencia entre el barrio con más ingresos y el que menos», reseñó, dejando claro un asunto que se ha puesto de manifiesto, por ejemplo, en la estudio de la obesidad infantil.
Los motivos son múltiples y variados: en las zonas más humildes la comida más barata es la altamente calórica, los vecinos de los barrios con mayor poder adquisitivo van más al médico, «tienen más controles», dice Esteller, además de contar con menos «hábitos tóxicos» y habitan núcleos «menos contaminados», lo que redunda en la longevidad y en la calidad de vida.
«¿Podemos predecir el envejecimiento?», se preguntó: «El dibujo del futuro depende de la conducta actual de las personas». En su laboratorio han estudiado a gemelos monocigóticos y a gente que se parece mucho, pero que no son familia, «que se parecen más que nada por su genética: como hay tanta gente en el mundo, eventualmente se producen copias al azar de gente que se parece a nosotros», reflexionó. Ello ha originado un campo de investigación gracias a la informática y la inteligencia artificial en el que, por primera vez, «a partir de información biológica (genoma, epigenoma, microbios), con esa información puedes dibujar una cara». Ello tiene aplicación en la investigación criminal y, en el futuro, para hacer un cribaje de enfermedades que podrían afectar a los niños, «aunque también para la discriminación de las personas», rechazó.
Uno de los estudios consistió en observar a una barcelonesa llamada María que murió a los 117 años y nueve meses de vida. «Tenía células muy viejas, pero muy sanas: no son procesos tan ligados envejecer y tener mala salud», indicó, ya que ello se relaciona con el microbioma, la genética de los padres, el ejercicio, la ingesta calórica, etc. «Hoy, por primera vez, tenemos pruebas para determinar la edad biológica y diferenciarla de la cronológica», indicó, de forma que en el DNI pueden constar 50 años pero biológicamente el individuo presenta un organismo de 60. Son los llamados relojes epigenéticos. «Sabemos que los fumadores envejecen antes, al igual que los portadores de infecciones crónicas, los sedentarios, quienes reciben mucha radiación solar», aseguró. En el caso de anciana, los cinco relojes epigenéticos apuntaban a una edad biológica de 102 años frente a los 116 que tenía entonces, 14 de diferencia.
La epigenética trae consigo una medicina «de precisión» que no existía, fabricando así el fármaco adecuado para la persona que lucha contra cánceres de distintos tipos, en demencias o, incluso, en el alzhéimer y la covid-19 persistente, recalcó el investigador, algo que ya se está aplicando, aunque queda mucho por investigar.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión