Freixenet, el origen del cava

Han pasado ya muchos años desde que Francesc Sala Ferrés fundó, en 1861, Casa Sala. Aquella empresa, primera marca exportadora de vinos en Sant Sadurní dAnoia, creció hasta convertirse en el actual Grupo Freixenet, que cuenta con un total de 18 bodegas repartidas en 7 países. Lo más sorprendente de todo es que la compañía ha conseguido esta expansión siendo, todavía hoy, una empresa familiar.

Su sede central se encuentra todavía en el lugar en el que se fundó, a 45 kilómetros de Barcelona. El arquitecto Josep Ros i Ros fue el encargado de diseñar la bodega, en el año 1927. Este impresionante caserón, con aires modernistas, es el edificio principal del complejo y signo de identidad del Grupo. Posteriormente se fueron ampliando las instalaciones con las naves en las que se procesa y elabora el vino y, por supuesto, las galerías subterráneas donde los caldos reposan.

El clima mediterráneo -con temperaturas suaves e intensa insolación- sumado a un suelo arcilloso y calcáreo, favorece en esta tierra la perfecta maduración de las uvas. Con ellas, Freixenet elabora una quincena de cavas distintos. La compañía, además, cuenta con una gama especial de cavas históricos, los Cuvées de Prestige. Se trata de grandes vinos de autor que, pese a tener en común una excelente calidad, presentan matices muy distintos. Entre ellos encontramos, por ejemplo, Elyssia Pinot Noir, un cava rosado y afrutado cuya crianza dura 18 meses. También destaca Casa Sala, un brut nature que se elabora de forma artesanal en la masía donde comenzó la historia de Freixenet.

Esta bodega no solo ha sido pionera en sistemas de producción y distribución sino también en técnicas de marketing y publicidad. Sus campañas han conseguido un sello propio, especialmente en televisión, donde han hecho famosos sus anuncios, no solo por ser unos de los más largos de la historia, sino porque en ellos aparecen cada año personajes famosos de índole internacional. Ello se debe en parte a que la marca concentra la mayor parte de su presupuesto publicitario en la campaña de Navidad, ya que más del 50% de su producción se comercializa en esta época del año.

Podemos saber sobre ésta y otras muchas curiosidades visitando este templo del cava catalán. Tenemos hasta tres opciones distintas de visita en función de nuestros intereses y necesidades. La primera de ellas es la ruta enoturística clásica, dura cerca de hora y media y se compone de la proyección de un audiovisual, un recorrido por las instalaciones a borde de un pequeño tren y una cata. Precisamente la posibilidad de conocer Freixenet en un trenecito, es una de las cosas que más gusta a los niños. Para ellos hay pensada unas segunda opción de visita, la familiar, que incluye explicaciones más didácticas y un vídeo explicativo a través de personajes de cómic. Por último, podemos optar por la visita privada, dirigida a las personas que quieren profundizar más en el mundo del cava. Se trata de un recorrido privado de dos horas de duración a la que se puede incluir cata comentada de cavas.

Fuente: Guía Repsol