Praga, un cuento de Navidad
En estas fechas la capital de la República Checa se transforma extendiendo el espíritu navideño con numerosos mercados, pistas de patinaje sobre hielo y puestos de artesanía y comidas típicas
Las últimas vacaciones del año están al caer y fieles a la cita de cada semana preparamos el equipaje, con abundante ropa de abrigo, para ... viajar en vuelo directo desde el aeropuerto de Málaga a un destino de cuento navideño. Facturamos la maleta a Praga, la capital de la República Checa y uno de los destinos con mayor tirón en estas fechas. Sus numerosos mercadillos de Navidad, sus puestos de artesanía, de comida y bebidas engalanados con guirnaldas de luces o sus actividades típicas del momento, como el patinaje sobre hielo, transforman una ciudad que ya de por sí tiene un encanto cultural que te permite coleccionar buenos recuerdos.
Aerolíneas que vuelan a Praga desde Málaga
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Compañía aérea Tres aerolíneas conectan sin escala Málaga con Praga: Ryanair, Eurowings y Smartwings Hungary.
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Duración del vuelo Tres horas y veinte.
¿A qué precios? En una búsqueda reciente y teniendo en cuenta que son fechas con gran demanda, los precios para viajar están más altos de lo habitual. Pero si el deseo es disfrutar de la Navidad fuera de España, Praga es una de las citas imprescindibles aunque los vuelos para una escapada desde el próximo día 26 al 30 sean de 330 euros, ida y vuelta, o de 270 si la opción es pasar la Nochevieja en este destino. Para contrarrestar hay que señalar que Praga es un destino económico para comer o comprar.
Para ir del aeropuerto a la ciudad. El único aeropuerto está muy cerca del centro urbano, apenas a 17 kilómetros de distancia. Y aunque lo habitual es recomendar el transporte público, en este caso, la mejor alternativa es reservar un traslado ante los precios tan competitivos que ofrecen, incluida la opción de compartir el vehículo por un coste de unos 16 euros. Llevar reservado este desplazamiento es clave. Si la idea es reducir los gastos, lo mejor es el autobús Express, algo más caro que los de línea 100, 119 y 191, pero más rápido y sin necesidad de hacer transbordos en caso de que el alojamiento esté cerca de la estación central. Este autobús tiene un coste de 2,5 euros y tarda unos 40 minutos. La parada está frente a la Terminal 1 y tiene una frecuencia de entre 15 y 30 minutos. Empieza a funcionar a las 5.30 de la mañana y termina a las 21.30 horas. Si el avión llega más tarde, la alternativa es el autobús nocturno, el 907 y 910, aunque tarda casi una hora en llegar a la estación de metro de Mustek.
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Gastronomía
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Qué comer: La gastronomía checa es sabrosa, colorida y muy especiada. Comer bien en Praga es fácil y barato. Además, en estas fechas las opciones se multiplican con los numerosos puestos que hay en las calles y cuyos aromas abren rápidamente el apetito. En ellos es típico endulzarse con un trdelnik, un rollito de masa dulce que se asa lentamente en una barra giratoria; con un bocadillo del jamón asado de Praga, que te lo venden al peso; o con un klobasy, las clásicas salchichas, que puedes acompañar con unos pinchos de patatas fritas conocidas como bramborove spiral. Los vinos calientes con especias o miel o un punch, como el ponche tradicional, son otros clásicos de estos puestos de Navidad. En la cocina local son clásicos el goulash, un guiso de ternera con pimientos y muchas especias; el steak tartar, y la kulajda, una sopa cremosa de patatas con champiñones y eneldo, acompañado de en huevo escalfado. El pato asado, o pecená kachna, junto al eprové koleno, codillo de cerdo, es otra opción que debes degustar. Una buena cerveza local será un complemento ideal. La marca más famosa es la Urquell que tiene el récord de ser la pilsner más antigua del mundo.
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Dónde comer: Para no fallar y disfrutar de las carnes y los asados propios de la cocina de Praga el restaurante Kantyna, en la Ciudad Nueva, es una apuesta segura. El local más turístico es U Fleku, el establecimiento más antiguo de la capital checa con ocho comedores independientes donde se sirven platos locales y cerveza, pero algo más caro que los habituales de los residentes en la ciudad. También tiene su historia una visita al U Pinkasu, el primer local que sirvió la Pilsner Urkell. Otras alternativas son Krcma, una taberna de ambiente medieval o Medvídků, que lleva a gala haber creado la cerveza más alcohólica del mundo, la X Beer 33, y por basar sus recetas en esta bebida.

Principales atracciones
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¿Qué no te puedes perder?: Praga es una ciudad que de por sí parece sacada de un cuento, pero que en estas fechas se transforma contagiada de un espíritu navideño que se transmite en un sinfín de mercadillos de Navidad y de puestos de artesanía decorados para la ocasión que se mantienen abiertos hasta el 6 de enero. El mercado de Navidad más importante es el de la Plaza Vieja, uno de los entornos más bonitos que alberga algunos edificios históricos como la Iglesia de San Nicolás, el Ayuntamiento, con su singular reloj astronómico, y la Iglesia de Santa María de Tyn. Pero además, debes recorrer el de la emblemática Plaza de Wenceslao, con numerosos puestos de comida típica checa, cerveza y regalos en el que es el centro de la vida comercial y cultural de Nove Mesto o Ciudad Nueva, y el ubicado en el Castillo, entre la Basílica de San Jorge y la Catedral en el que encontrarás productos artesanales de calidad. Pero en el recorrido por el largo listado de visitas que no puedes dejar de hacer, en esta época hay que disfrutar de los mercadillos de la Plaza de la Paz, en el corazón del barrio de Vinohrady donde se respira la historia aderezada con monumentos como la Casa Nacional de Vinohrady o la Iglesia de Santa Ludmila. Y del de Havelske, que es el mercado más antiguo, que data de 1232, o del de la Plaza Tylovo, sin olvidar que en estas fechas cruzar el Puente de Carlos, todo un icono construido entre los años 1357 y 1402 como el único viaducto de la ciudad que atravesaba el río Moldava, tiene el atractivo de unas casitas navideñas en las que tomar un tentempié y comprar algunos regalitos en el que está considerado una de las estructuras góticas más importantes del mundo y la estampa que todo viajero quiere llevarse de su paso por esta ciudad. Otra cita ineludible en la visita a Praga es la del cementerio judío nuevo, el viejo es también otro gran reclamo, en el que la tumba del filósofo Kafka es una de las más visitadas. La música en la calle y en marcos sorprendentes de cualquier iglesia ponen la guinda a una escapada que querrás repetir.
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Compras: En estas fechas las alternativas para comprar se multiplican. Sin duda, el cristal de Bohemia, considerado como el mejor vidrio en el mundo, es la estrella. Aunque el recuerdo más emblemático son las marionetas de madera. Las mejores las podrás encontrar en el pintoresco mercado de Havelská. Otro de los objetos típicos es el granate rojo, una piedra semipreciosa fácil de encontrar en las joyerías del centro de la ciudad. Y como siempre, una botella de Becherovka, el licor local hecho de hierbas agridulce que favorece la digestión y que también se sirve de aperitivo, es otra buena opción.

Viaje con niños
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La capital de la República checa cuenta hasta con una isla de los Niños sobre el río Moldava, a la altura del barrio de Smíchov, que hace las delicias de los pequeños con un parque infantil, un campo de fútbol, mesas de ping-pong o una pista de skate. Pero, además, Praga cuenta con una oferta de museos en la que las familias al completo disfrutan a lo grande descubriendo el Museo del Juguete y el de las Marionetas. Otra alternativa es asistir a un espectáculo de teatro negro o de sombras, un género nacido en Praga en los años 50. Se trata de una representación escénica muda que se caracteriza por llevarse a cabo en un escenario negro a oscuras, con una iluminación estratégica que da lugar a un fantástico juego de luz y de sombras. Subir al reloj astronómico es otro singular reclamo para las familias al completo.
Transporte público
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Praga cuenta con una red de transporte público muy eficiente compuesto por metro, tranvías, autobuses, un funicular y servicios de barco. Todos ellos son gestionados por la empresa de transporte Dopravní Podnik. El billete de un euro permite utilizar la red durante treinta minutos, mientras que el de 1,30 nos facilita viajar por el centro de Praga y sus alrededores durante 90 minutos en cualquiera de los transportes públicos. Los pasajes sólo se pueden comprar en el metro, en los estancos y en las tiendas de periódicos. Si la intención es usar el tranvía, sería conveniente llevar siempre a mano algún billete dado que el tiempo no comienza a contar hasta que se validan.
Buen viaje.
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