Estrasburgo, un cruce de caminos de postal
Es la sede formal del Parlamento Europeo y la capital económica y cultural de la Alsacia
Una semana más elegimos en esta Escapada Aérea uno de los 151 destinos a los que en estos momentos se puede viajar sin escalas desde ... el aeropuerto de Málaga. Facturamos maleta a Estrasburgo, cuya traducción refleja muy bien la identidad de la ciudad: un cruce de caminos entre Francia y Alemania. En sus calles y en la arquitectura, con estampas de postal, se refleja fielmente esa mezcla cultural. Viajamos a la sede formal del Parlamento Europeo, del Defensor del Pueblo Europeo o de organismos internacionales como el Consejo de Europa, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos o la Farmacopea Europea. Pero, además, es la capital económica y cultural de la Alsacia, esa región que te atrapa por su belleza natural.
Aerolíneas que vuelan a Estrasburgo desde Málaga
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Compañía Aérea Volotea, la aerolínea especializada en unir ciudades medianas de Europa, conecta Málaga con Estrasburgo.
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Duración del vuelo Dos horas y cuarenta minutos.
¿A qué precios? Aunque las tarifas aérea fluctúan prácticamente que a diario, es posible hacer una escapada entre los próximos días del 10 al 14 de junio por 104 euros, ida y vuelta.
Para ir del aeropuerto a la ciudad El aeropuerto está situado a diez kilómetro por autopista del centro de la ciudad y muy bien conectado con la misma. Tanto que el andén de la estación del tren lanzadera que te lleva directo al centro urbano está unido al aeropuerto por una pasarela cubierta. El trayecto hasta la estación central es de unos diez minutos y está operado por cinco líneas que salen cada hora todos los días de la semana. Si sacas el billete Tram+TER Aéroport, que se puede comprar en las máquinas expendedoras, podrás viajar entre el aeropuerto y la red urbana de la ciudad con un sólo billete. En caso de coger un taxi, el coste es de unos 30 euros y la duración del desplazamiento de unos veinte minutos.
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Gastronomía
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Qué comer: En la cocina local también se notan las influencias alemanas convirtiendo el choucroute, chucrut con salchichas y embutidos, en un plato típico. Durante la escapada debes hacer hueco para probar el clásico baeckeoffe, un estofado de carne con patatas; la tarte flambée, una especie de pizza con nata, cebolla y beicon; y el coq au Riesling, un pollo al vino muy especial. Para el postre es imprescindible degustar el pastel de Strasbourg, que es célebre por su masa hojaldrada rellena de crema pastelera y frutas confitadas. Y como bebida, la cerveza se lleva la palma al ser la Alsacia el principal territorio cervecero de Francia. Estrasburgo es el lugar ideal para saborear una extraordinaria variedad de cervezas y es también la ciudad donde se conserva el vino en barrica más antiguo del mundo, que data de 1472. El postre se puede acompañar con el licor típico de la zona, el Kirschwasser, conocido como Kirsch. Se trata de un aguardiente de cereza hecho a partir de la destilación de cerezas, especialmente la variedad Selva Negra.
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Dónde comer: Tanto los residentes como los turistas disfrutan de la gastronomía alsaciana y de la francesa en restaurantes como Bistrot Coco, en pleno centro de la ciudad, o en uno de los locales tipo taberna donde reina un ambiente desenfadado como son los Winstub. El de Au Pont du Corbeau es uno de los más populares. Entre las recomendaciones también están Les Sales Gosses, Le Tire-Bouchon y Le Stras.

Principales atracciones
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¿Qué no te puedes perder?: En esta icónica ciudad alsaciana pasear por sus calles es un deleite para los sentidos. El encanto de los cuentos, con estampas de postal, se siente en una ciudad, con paisaje urbano medieval, que es fácil recorrer a pie y en la que hay reclamos únicos como la zona de la Petite France, una zona con casas blancas y de colores, con flores junto al río, con entramado de madera en blanco y negro, o la catedral, que es uno de los tesoros de Estrasbrugo. La visita a Notrê-Dame, de estilo gótico y que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1988 por la Unesco, es toda una experiencia. Construida entre los siglos XI y XV, además de su imponente fachada hay que recorrer el interior y disfrutar de los espectáculos diarios de su reloj astronómico del siglo XVI y sus vistas panorámicas del río Rin desde su torre de 142 metros de altura. Otra de las joyas medievales es la Casa Kammerzell, también en la plaza de la Catedral. Además, hay que inmortalizar los 'Ponts Couverts', una edificación defensiva con tres puentes custodiados por cuatro torres por los que se accede a la 'Petite France'. La construcción data del siglo XIII y viene a salvar los canales del río III. Está clasificado desde 1928 como Monumento Histórico de Francia. En la lista de imprescindibles hay que añadir un paseo por la Place Kléber, el centro de neurálgico de la ciudad; una visita al Parlamento Europeo; la Place Gutenberg, que alberga el Biblioteca Nacional; o los palacios Rohan, antigua residencia de los príncipes y obispos que ahora reúne tres museos, o Du Rhin, un monumento histórico testimonio arquitectónico del poder imperial alemán que cuenta con un parque que contiene notables esculturas y un callejón de sarcófagos. Viajar a Estrasburgo es también la excusa perfecta para descubrir las cuatro maravillas de la región de la Alsacia: Eguisheim, Kayserberg, Ribeauvillé y Riquewihr, pueblos medievales de postal.
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Compras: Las principales calles comerciales son la Grand' Rue, Rue des Grandes Arcades y Rue de la Haute-Montée, sin olvidar la plaza Kléber. Las marcas de lujo se concentran en la Rue des Hallebardes y Rue du Dôme. Como recuerdos de esta escapada puedes comprar el vino de Alsacia, el queso Munster, picante y un imprescindible de la cocina de la Alsacia, o los relojes cucú con un toque alsaciano.

Viaje con niños
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Los más pequeños de la casa van a disfrutar de Estrasburgo con paseos en barco, en el trenecito turístico que recorre los grandes reclamos de esta coqueta ciudad, o en bicicleta. Otra alternativa es sumarse a la propuesta de El Familicitirali, una especie de rally para descubrir en familia el centro de la ciudad, que está disponible gratuitamente en la oficina de turismo. Una visita a Le vaisseau, dirigido a niños y jóvenes entre 3 y 18 años, les permitirá una experiencia singular en la que descubrir diferentes ciencias y técnicas de una forma lúdica. También se lo pasarán en grande en el Planetario, situado cerca del Jardín Botánico, donde conocerán la astronomía de manera espectacular a través de proyecciones en una pantalla-cúpula gigante.
Transporte público
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Estrasburgo es una ciudad compacta que se puede descubrir sin problema a pie, pero, además, ofrece la posibilidad de disfrutarla en bicicleta. A lo largo del mayor carril bici de Francia, de unos 500 kilómetros, el ciclista descubrirá la ciudad y sus alrededores de una forma inédita y original, recorriendo los canales, atravesando parques y jardines, paseando por el centro histórico y su zona peatonal. Hay numerosas opciones para alquiler una bicicleta.
Buen viaje.
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