Benadalid, la villa del castillo que vigila el Bajo Genal

Esta población está situada a los pies de las montañas conocidas como el Peñón del mismo nombre y la Loma de la Sierra cumple con los cánones de los pueblos de origen bereber del Valle del Genal. Su propia denominación, que alude a la tribu Ben Al Jali, y el trazado de su casco urbano recuerdan inexorablemente a una población fundada por los árabes tras su llegada a la Península.

En su interior, se conservan rincones, pasajes y callejones espectaculares, donde la cal blanca y las coloridas macetas son los elementos destacados de verdaderas postales. Algunos adarves dieciochescos o incluso una fuente de esa misma época son algunos de los elementos urbanos que ayudan a poner en valor el centro neurálgico de la villa.

Sin embargo, la construcción más destacada de Benadalid es su castillo, en la entrada del pueblo. Este recinto amurallado fue erigido posiblemente en el siglo XIII, aunque su aspecto exterior responde más bien a las reformas realizadas después. Hoy alberga en su interior el cementerio.

Tras la Reconquista, la fortaleza pasó a pertenecer a los Duques de Feria, quienes hicieron una importante remodelación en el XVIII, y a la Casa de los Medinaceli. Además de su portada de entrada, uno de los elementos más destacados es un aljibe subterráneo, situado en el centro de la fortaleza. Las murallas se encuentran en un buen estado de conservación, ya que el interior está ocupado por el cementerio. Este castillo formaba parte de la línea defensiva en la que se incluía el castillo de Gaucín y el de Atajate, del que no se conserva vestigio.

El otro edificio importante de Benadalid es su iglesia, la parroquia de San Isidoro, que se levantó originalmente en 1.505, al igual que otros templos cristianos de su entorno. Pese a ello, el actual aspecto del edificio responde más bien a las modificaciones realizadas durante el siglo XVIII.

En este pueblo del Valle del Genal, también hay sitio para el patrimonio inmaterial de las tradiciones y las leyendas. Entre estas últimas, hay una que versa sobre el amor imposible. Así se puede leer en uno de los mosaicos que jalonan el casco urbano, donde se habla de la leyenda de la rosa silvestre. Según se cuenta allí, los enamorados tuvieron también un desenlace trágico. Así, allí se cuenta que, ante la imposibilidad de vivir su romance, una cristiana y un musulmán decidieron huir juntos para buscar una rosa silvestre, que, según la creencia popular, era letal.

Ambos decidieron pincharse con la planta y así encontraron la muerte. Benadalid, además de este relato de ficción, tiene otras reminiscencias medievales, como su casco urbano o su castillo.

QUÉ VISITAR

• Monumentos

• Castillo de Benadalid: Antigua fortaleza de origen árabe, que llegó a pertenecer a familias nobles como los Feria o los Medinaceli.

• Iglesia de San Isidoro: Principal edificio religioso, que lleva el nombre del patrón de la villa.

• Otras opciones

• Mirador de los Castañares: Un enclave idóneo para disfrutar de las vistas panorámicas junto a la carretera (en sentido a Benalauría), muy cerca del casco urbano.

• Fuente Romana y el Lavadero: En uno de los extremos del casco urbano se halla esta construcción de gran interés etnográfico e histórico, que fue fundamental para el abastecimiento de agua de muchos vecinos.

• DÓNDE COMER

• Venta

• La Solana: Tradición culinaria con una buena relación calidad-precio.

• Restaurante

• Los Labraos: Situado junto a la carretera Ronda-Algeciras, este establecimiento es idóneo para los amantes de la carne y los guisos tradicionales.

• DÓNDE ALOJARSE

• Casa rural

• La Solana: Situado en el corazón del casco antiguo de Benadalid, este alojamiento rural ofrece vistas espectaculares.

• Hotel

• Finca Almejí: Coqueto hotel rural dentro del casco urbano. Tiene su propio restaurante.