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Dos protagonistas de 'La Piedad'. rc
Festival de Sitges | 'La piedad', un drama vestido de rosa de Eduardo Casanova

'La piedad', un drama vestido de rosa de Eduardo Casanova

La película se centra en la relación de un hijo con su madre, con una mirada de soslayo a Corea del Norte

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Sábado, 15 de octubre 2022, 02:27

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Eduardo Casanova ha estrenado en la competición del Festival de Cine Fantástico de Sitges 'La piedad' un drama tremendo vestido de color rosa, entre una madre y su hijo. Estéticamente la película sigue el universo de colores chillones propio del director de 'Pieles', y ahora se centra en la relación de un hijo con su madre, con una mirada de soslayo a Corea del Norte, algo que solo Eduardo Casanova se atrevería a hacer, y que sorprendentemente de alguna manera encaja en el filme. Como en 'Pieles', 'La piedad' es una película en la que no cabe término medio, o gusta hasta el paroxismo, como ha ocurrido en Sitges, sobre todo entre la corte de admiradores de este director, o se queda uno fuera de su mundo creativo y no se entiende nada de nada.

Con Ángela Molina y Manel Llunell como protagonistas -en un principio el personaje la madre, que salva con nota Ángela Molina estaba pensado para Ana Belén, pero este actriz tuvo que renunciar a él por sus compromisos teatrales-, contando también con Ana Polvorosa y Macarena Gómez, también como madres. La producción ha corrido a cargo de Álex de la Iglesia y Carolina Bang, que ya produjeron la primera película de Casanova, que ha manifestado su agradecimiento eterno a ellos.

Lili y Mateo son madre e hijo que mantienen una relación de profunda dependencia. Viven acomodados en su asfixiante realidad hasta que a uno de ellos le diagnostican una enfermedad mortal. La mera idea de la separación provoca la aparición de su lado más tóxico y oscuro. Casanova disecciona esta relación materno filial como una madre devoradora capaz de dejar sin aire para respirar a su propio hijo a base de amor tóxico, llena de deseos y secretos enquistados.

'La piedad' es «una historia muy personal que tiene una trama principal en la que me interesaba incluir otras historias, otros personajes, para no dar una única versión de la maternidad si no múltiples versiones de la misma» dice Casanova. «Es una película que habla de la dicotomía entre dependencia y deseo», prosigue Casanova, que también firma el guion. «Yo soy una persona muy dependiente y la película habla de esa imposiblidad de ser feliz. No lo eres cuando estás en esa relación tóxica pero tampoco cuando consigues liberarte de ella. 'La piedad' habla de mi modo de relacionarme con las personas y, también, de la relación con mi madre».

«Tengo un problema en la cabeza con el rosa»

Sobre su paleta cromática con el rosa como gran protagonismo, opina el cineasta: «Tengo un problema en la cabeza con el rosa. Lo usé mucho en 'Pieles', lo he utilizado de nuevo aquí y seguro que lo volveré a usar. El rosa es un color bastante estigmatizado». En la película hay numerosas imágenes militaristas de Corea del Norte, comparando una madre tóxica y la madre patria: «En Corea del Norte el líder fallecido, padre del actual, es, en su mundo, el padre de la nación. La dictadura norcoreana, que he investigado a fondo, encajaba en el tema de la película por esa figura del dictador que, a la vez que ejerce un control sobre su pueblo, le necesita, es decir necesita ser necesitado. Por otro lado, la estética del Corea del Norte tiene mucho que ver con mi diseño de producción: un sitio ordenado, pulcro, en el que predomina el color rosa, pero que, al mismo tiempo, es un lugar terrible».

«En este filme quería hacer una conexión que tiene un componente metalinguístico: La madre controladora que interpreta Ángela Molina está conectada con esa figura de Kim Jong-il, el dictador norcoreano y, en cierta medida, también conmigo como director, que soy quien controla la película. se podría decir que los directores son como dictadores de su pequeño reino, pero en mi caso creo que lo soy sin hacer daño a nadie, trato muy bien a todo al mundo y mis equipos se lo pasan muy bien en mis rodajes», dijo Eduardo Casanova, que se presentó con todo el reparto ante la prensa vestidos de rosa pastelón (Álex y Carolina eran los únicos que diferían del resto) explicando que «la película habla de esa dicotomía entre dependencia y deseo de libertad que hay en toda relación. Y cómo cuando finalmente consigues esa libertad, añoras la dependencia que tenías, aunque fuese terrible. Es un bucle que he vivido, en el que he estado y del que me ha costado salir». Y sobre el título se refirió a 'La piedad' de Miguel Ángel reflexionando: «Da pánico el ver a una madre sosteniendo a su hijo muerto. Es algo contra natura».

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