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Territorios del mal

Sin ir más lejos ·

La investigación pinta tan mal para ellas como las fracturas de la pequeña

Domingo, 18 de febrero 2018, 10:44

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La capacidad de asombro indignado ante los sucesos de violencia y humillación no basta aunque sea la condición necesaria para alejar cualquier espiral de indiferencia. ... La vida, la dignidad y la empatía nunca podrán ser bienes en almoneda ni esos minutos de silencio ante los asesinatos de mujeres solo un gesto tristemente habitual. Faltan más medios, pero quedan también años de lluvia fina en la educación, que es mucho más que feminizar palabras. A la legión de maltratadores y abusadores también se han sumado esta semana sin salir de casa ni del instituto esa madre adolescente y la abuela treintañera detenidas en Málaga tras las graves lesiones con las que ingresó una niña de dos años en el hospital. La investigación pinta tan mal para ellas como las fracturas de huesos de la pequeña. La sociedad quizás se haya vuelto líquida en su incapacidad de contagiar valores pero lo peor es que se ha vuelto también un espacio corrosivo y extraño para una minoría que ha normalizado una precocidad transversal que incluye el maltrato y la rabia en cualquier dirección, con destino a semejantes de cualquier edad. Pegar como respuesta a la propia impotencia y frustración no importa si lo que hay es un biberón tras un llanto o una madre que niega el wifi a un pequeño tirano de metro ochenta. Violencia de adolescentes a padres y de padres a españolitos que viene al mundo y a los que España quizás no tenga tiempo de helarles el corazón.

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