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Sr. García .
Carta del director

La sociedad enfurecida

Una parte de la ciudadanía está cada vez más irascible y busca, a veces desesperadamente, a quien culpar de un descontento que se sostiene en el reduccionismo de las ideas: conmigo o contra mí

Manolo Castillo

Málaga

Domingo, 8 de septiembre 2024, 00:02

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Resulta llamativo que en plena era de la información las personas estén cada vez más incomunicadas. Grupos con intereses comunes conviven en sus micromundos y ... generan redes que se retroalimentan con argumentos que no persiguen tanto la verdad como reafirmar sus posiciones. Esto lleva a un progresivo reduccionismo que se sostiene en el primitivo principio de conmigo o contra mí. No deja de ser una versión de la vieja construcción del relato, de ese proceso con el que convencer y persuadir. Y cada una de esta redes necesita para sobrevivir combinar parte de verdad con un mensaje seductor que permita un control social, como expresa el ensayista Yuval NoaḥHarari en su última obra, 'Nexus'. La perspectiva, el análisis o el rigor han sido derrotados por lo inmediato, lo sencillo y lo directo. No se busca la verdad sino refrendar el pensamiento propio. Quizá por ello estamos asistiendo al mayor proceso de polarización de los medios de comunicación. Muy pocos buscan informarse y muchos se levantan cada mañana con la necesidad de una buena dosis de doctrina.

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