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Sandra

Domingo, 26 de octubre 2025, 02:00

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Le quedaban cuatro días para cumplir los 15 pero nunca llegó a soplar las velas de la tarta. En lugar de eso sólo hubo flores ... en su tumba. Se llamaba Jokin y aguantó un año más desde que le dijo a sus padres que ya no aguantaba más. Aquel día cogió su bici, condujo hasta una de las murallas de su ciudad y se arrojó al vacío. Seguro que recuerdan aquel caso. Sucedió el 21 de septiembre de 2004, y aunque no fue ni mucho menos el primero que nos ponía frente al horror del acoso escolar, sí fue el que marcó el despertar social ante una de las realidades más devastadoras y crueles de la condición humana. La que te crece y te devora en silencio en la habitación y en el aula de al lado.

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