El pinsapo, salvador
INTRUSO DEL NORTE ·
La Sierra de las Nieves, parque nacional. Esfuerzo de muchos y en muchas trincherasLos flecos. Salvo un trámite. La cosa saldrá el martes. Este Gobierno infame sólo va a quedar en nuestro elemento sentimental por lo del Parque ... Nacional. Han sido muchos años y mucho sufrimiento, desde que mi progenitor sacara aquel lema de 'Ascende et respira vitam', en latín eclesiástico a esta semana, cuando el pinsapo será carne de BOE.
Este intruso ha subido al Torrecilla en todas las condiciones meteorológicas, pero nunca ha perdonado un bocadillo con anís en lo del Quini en Yunquera. Porque siempre había un amigo, un Sr. Chinarro, alguien que lo llevara a donde empiezan los quejigos a mostrar una danza frozen de hielo.
Yo me pienso en la Sierra de las Nieves y me veo con mi padre, enfocándome los pinsapos desde 'El mirador del Guardia' de El Burgo de Pepe Góngora (maestro de lo suyo). U otros días de enero con mi Sergio, buscando setas congeladas. O con Cristóbal Villalobos, que llegó al buzón del Torrecilla haciéndose una promesa a sí mismo. O con Oze, con traje y chaqueta y metro y medio de nieve. O con la furgoneta pilingui de mi amigo Sharva, que ronquea pero sube al Sahucillo. Son tantos los recuerdos y el aire puro que lo de la denominación viene a ser algo parecido a un acto de justicia poética. Y conviene acordarse también de tantos voluntarios medioambientales que pusieron el desvelo en estos montes. Vaya desde aquí mi agradecimiento y el del periódico entero.
En realidad, hay algo de sol y de verano a pesar de la pandemia. Se trata de este pulmón de nuestra Sierra donde uno ha visto brujas y guardabosques, simas y endemismos, en eso de ir a subir a respirar vida.
Desde el Torrecilla se ve el Veleta, las columnas de Hércules, las grúas del Puerto y hasta el Rif de Monir, que aquí somos transmediterráneos y primos del pinsapo ese marroquí de Talassentame.
Uno, este intruso, está dichoso con lo del Parque Nacional y se acuerda de Lillo, de que el pinsapo se puede repoblar en el Guadarrama seco o en las canteras de Alhaurín. Porque el pinsapo es esa metáfora de que la vida sigue, aunque te rompa el nevazo o con tu tronco hagan las 'viguerías' de esa obra maestra que es la Plaza de Toros de Ronda.
Hay que celebrar con mascarilla, pues, que coronen al pulmón de estas latitudes, enhiesto y surtidor de atardeceres en Pedrega. A ese gigante de los días claros y de la nieve que siempre se recorta para nuestro solaz y para explicarle a los 'comeespetos' de domingo eso de la reliquia glaciar y de Boissier.
Podríamos parafrasear a Sabina y decir que el nevazo, sí, nos espera en la Sierra. Que habrá de ampliar hacia Estepona cuando salgamos de esta pandemia.
Lo juro
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión