Pedro Amnistía Sánchez
La amnistía es la mentira que cabe en una ley. Un bulo con preámbulo y artículos. La democracia del revés. La justicia con las luces ... apagadas. El pago de la bula a la que nos obliga Pedro Sánchez para que él pueda seguir devorando la carne del poder en Cuaresma.
Este pasado jueves la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados aprobó el nuevo dictamen sobre la Ley de Amnistía por veinte votos a favor y diecisiete en contra. El nuevo texto ha sido escrito al dictado de Puigdemont. Enmendándose el PSOE a sí mismo, remedó una vez más el texto que publicitaba como «impecable» y definitivo para dar plena satisfacción a las exigencias del prófugo de la Justicia. Los enemigos de España han esperado al momento de mayor debilidad del actual Ejecutivo, acechado por las vergonzantes e insultantes tramas corruptas insertadas en el núcleo duro del sanchismo, para asestar su golpe mortal. En la enmienda transaccional se retocan varios artículos, pretendiendo anular los delitos de terrorismo, traición y malversación de todos los que perpetraron el golpe al Estado en Cataluña. Se amplía la amnistía hasta 1 de noviembre de 2011, a la época del Gobierno de Zapatero, que es donde se encuentra el origen de todo, para que los Puyol no queden fuera de esta manta gigantesca. Intentan desvincular esta nueva ley a nuestro Código Penal y encontrar refugio en el ordenamiento difuso europeo, manoseando el borrador del dictamen de la Comisión de Venecia con la intención de validar su disparate jurídico. Y de postre, Félix Bolaños felicitándose a sí mismo por uno de los actos de mayor indignidad política que hayamos conocido.
Pedro Amnistía Sánchez representa la desmemoria de la política que encuentra en el ejercicio del poder el oro falso de la vanagloria. Hombre de ceniza y palabra fuñingue, pasará a la Historia a la izquierda de Fernando VII.
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