La «pájara» sigue en el nido sanchista...
Siempre he pensado que Margarita Robles era de las ministras más respetables que había en el actual Gobierno. Más que nada, porque a diferencia de ... otros miembros del Ejecutivo que tienen como hoja de servicio su militancia socialista, ella sí ha tenido una carrera profesional brillante en el ámbito de la Judicatura. Fue la primera mujer en presidir una audiencia provincial, nada menos que la de Barcelona, y fue la tercera en acceder al Tribunal Supremo. No está nada mal. De hecho, por esta circunstancia tiene tratamiento de excelentísima señora, aunque se ve que Pedro Sánchez prefiere llamarla la «pájara», la que se «acuesta con el uniforme», según se ha revelado en sus conversaciones con Ábalos, con el que mantenía una estrecha relación a través del whatsapp en lo que podría denominarse el 'Sálvame' de La Moncloa. No se sabe muy bien quién es Jorge Javier Vázquez y quién es Kiko Matamoros. Vaya dos. En el ámbito de los programas del corazón, este tipo de bombas tiene efecto rebote, o sea, se espera la réplica de los ofendidos. Han actuado así Lambán y Page, que de una forma educada han respondido que las conversaciones que ha publicado el periódico 'El Mundo' en exclusiva (enhorabuena a los compañeros) han revelado lo que venían diciendo desde hace mucho tiempo sobre la personalidad narcisista y autoritaria que tiene el presidente del Gobierno. La propia Susana Díaz, otra de las vilipendiadas por Sánchez, ha mostrado su enfado por las conversaciones entre Sánchez y su mano derecha, pues no hay que olvidar y estos mensajes así lo atestiguan, que Ábalos era el hombre de confianza de Sánchez, aunque ahora desde el PSOE lo traten como a un apestado. Quizá por ello ha enseñado una patita para alertar de la artillería que puede tener en su particular arsenal telefónico. Quien no ha entrado mucho en el juego ha sido Pablo Iglesias, al que Sánchez calificó como necio (ese es el significado que encierra la palabra estulticia con la que lo definió) y como «maltratador». Se ve que al presidente del Gobierno no le importaba tener a un personaje con ese nivel de inteligencia en su equipo y, lo que es peor, que el autodenominado como Gobierno más feminista de la historia tuviera entre sus filas a un «maltratador». Ítem más, también mantiene en el Ejecutivo a la propia Margarita Robles, pese a que la considere una «pájara». A lo mejor la llama así porque tiene una gran visión como las águilas o porque es muy astuta como los linces. No parece el caso. Y es que no es lo mismo decir pájara que decir lince...
La decepción ha sido la respuesta de Robles, que al ser preguntada tiró primero de argumentario socialista al criticar que estos mensajes se hayan filtrado (no tuvieron esos reparos cuando se filtró el «Luis, sé fuerte» que Rajoy le envió a Bárcenas) y después dijo que se sentía «respaldada» por el presidente, que para eso llevaba siete años como ministra. O sea, que encima estaba agradecida al que le llama «pájara». Y es aquí donde hay que pararse para hacer una serie de reflexiones. En primer lugar, ¿qué le lleva a una mujer de esa categoría cercana a los 70 años tener que aguantar los calificativos del presidente del Gobierno sin rechistar? A lo mejor es víctima de lo que se denomina la erótica del poder, que le lleva incluso a acostarse con un uniforme (según Sánchez). O quizá sea que esté dispuesta a todo con tal de dirigir al Ministerio de Defensa, para que se les cuadren todos los generales de los diferentes ejércitos de España. A lo mejor le pone eso, o que tiene un amor por España a prueba de cualquier humillación. Quién sabe lo que piensa Robles, que sin duda hubiera mostrado bastante más dignidad si hubiera volado del nido sanchista. No ha tenido reparos en seguir y por eso, para seguir con el folletín, estaría bien contemplar y captar la imagen de la cara que ponen los dos cuando se crucen la mirada en la sala del Consejo de Ministros para ver qué pían. Una foto propia de 'Sálvame'.
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