Pablo Sálvame Motos
La posverdad es la mentira del político. Los hechos cuentan menos que la opinión que nos suscitan. La actualidad ha dejado de ser un proceso ... informativo para ser un estado opinativo. Hoy la realidad se construye a través de la opinión. Y el valor social de la televisión, medio preferido por más del noventa por ciento de los ciudadanos para informarse, sigue aumentando por el interés de los políticos de imponer la posverdad.
La omnipresencia de lo político en la sociedad y la crisis de los medios de comunicación han facilitado que la mentira encuentre fácil acomodo entre nosotros. El día que la información se convirtió en un negocio, la verdad dejó de interesar. Los intereses económicos condicionan de una forma cada vez más preocupante la calidad y veracidad del periodismo. En demasiadas ocasiones se convierte en el fiel servidor de la agitación y la propaganda. Convierte el oficio en rehén de causas partidistas que nada tienen que ver con la obligación de servir a la verdad. La posverdad genera grandes beneficios económicos y los políticos lo saben.
Esta semana Pablo Motos se plegó a las exigencias de su cadena e invitó a Pedro Sánchez a su programa. La pela es la pela. El secretario general del PSOE había criticado duramente a su programa e incluso sus socios en el Gobierno le habían hecho la vida imposible, quisieron cancelarlo, pero él se tragó el sapo. Hizo de Jorge Javier Vázquez acudiendo a salvar a un Pedro Sánchez en horas bajas. El líder del Ejecutivo apareció en 'El hormiguero' rodeado de ocho furgones con noventa agentes y otros ocho vehículos de protocolo en los que viajaban asesores, guardaespaldas y personas de confianza del presidente. Pero eso era lo de menos.
El sanchismo, tratado en el que se mezclan las mentiras, las manipulaciones y las maldades, pudo tener su minuto de gloria gracias a Pablo Sálvame Motos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión