'Outra máis'
Galicia es un mar con ganas de llorar. Una tristeza de cielo gris. La alegría que cabe en un día de lluvia. El mejor lugar ... para reposar Santiago, el hijo de Zebedeo. El tiempo detenido de un camino con concha y calabaza. Para la izquierda, una playa para hacer política.
El pasado ocho de diciembre, el buque Toconao perdió veintiséis toneladas de pélets de plástico cerca de la costa portuguesa. No los tiró por la borda el presidente gallego Alfonso Rueda. El Gobierno luso informó a España el mismo día del accidente. El Gobierno de Sánchez no activó ninguna alerta ni notificó oficialmente al Gobierno regional gallego del vertido hasta el tres de enero. Los pélets llegaron a las costas gallegas el trece de diciembre. Este tipo de vertido de plásticos que afecta ahora a todo nuestro litoral cantábrico no es el primero que se da por desgracia en España. La playa catalana de la Pineda es la más afectada y contaminada por este tipo de plástico. Galicia experimentó un vertido similar hace un año en las playas de la costa eumesa y en la zona ferrolana. No fue noticia.
La política es el mayor contaminante de las playas gallegas como podemos comprobar estos días. Los pélets son la excusa perfecta para construir una 'casus belli' contra el Gobierno del PP dormido en su colchón de mayorías absolutas. Los comicios gallegos están a la vuelta de la esquina y a falta de propuestas programáticas de la izquierda fragmentada de las mareas y de un PSOE al que no se le espera, desde Madrid hay que lanzar el mensaje de la fatalidad 'del nunca máis al outra máis' para nuevamente culpabilizar a la derecha de todos los males de nuestra democracia por si sonara la flauta.
Parafraseando al gran Iván Ferreiro: desde aquí, desde mi casa, se veía la playa vacía, ahora está llena de política y periodistas.
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