La orgía
La policía belga irrumpió en una reunión sexual de hombres en la que participaba un eurodiputado húngaro del partido de Víctor Orban. Es cierto que ... su partido no ve con buenos ojos algunas leyes en favor del movimiento LGTBI, pero lo cortés no quita lo caliente. Lo de los 'boys' con la porra quedó demodé; ahora lo que priva en reuniones de 'vamonó' es el eurodiputado ultraconservador. A este lo detuvieron los agentes cuando escapaba por la ventana abrazado a una cañería con la de Visegrado al aire. De Bruselas recuerdo que todas las mujeres sabían mucho de arte africano, que el champán siempre estaba frío y que hay tantos cuerpos policiales distintos que uno nunca sabe si están en entrando en el piso a detener a la gente en pleno 'gangbang' o es que ha llegado el striper. Por eso a estos que nos ocupan, cuando les pidieron que sacaran la documentación a punto estuvieron de responder si esta les parecía poca. El anfitrión replicó -y esto es información y no opinión- que cómo iban a llevar la documentación si no llevaban ni los pantalones puestos. La regla era que podían acudir participantes que hubieran pasado el coronavirus y que no tuvieran síntomas. A la entrada les tomaban la temperatura y pasaron todos, con lo que cabe concluir que están más calientes los chats de militares retirados que las orgías de eurodiputados.
A los partidos de moral tan férrea siempre les termina por salir un miembro de costumbres divertidas, una oveja negra a la que encuentran fácilmente acomodo en la arquitectura de argumentos del partido como el distinto que lo justifica todo. Si un señor parlamentario ultraconservador que va a orgías de señores en Bruselas puede pertenecer a Fidesz, es que todo el mundo puede votar a Fidesz. Luego está la prosilla de la virtud del poliamor y la cosa no binaria en la que uno debe caminar hacia la libertad y declarase sin género sexual, pero un señor de los orbanes no puede ir a una fiesta de las de ponerse mirando a Gante.
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