Modestia aparte
Podemos acepta el sacrificio. En el altar de la democracia, la mártir Irene Montero, con túnica morada al viento, ofrece su cabeza. En esta ocasión ... no ha sido Salomé, la sobrina de Herodes, quien ha ordenado la mutilación, sino Yolanda, la designada por Iglesias. Sacrifican a Montero y se sacrifica Podemos entero. Ione Belarra se resigna a «un papel modesto» dentro de la coalición Sumar. Irán de submarino, de fuerza semi invisible bajo el supuesto tronío de una victoriosa Yolanda, cuya efigie coronará las papeletas electorales de Sumar. Tal como en su momento hiciera Pablo Iglesias. Y hablan de que no hay personalismos, de que los nombres no importan. De que todo es humildad, y bien para los necesitados. Los camellos no pasarán por el ojo de una aguja pero algún que otro candidato sí lo hará y llegará a un cómodo butacón de la carrera de San Jerónimo.
«La decisión más difícil en el momento más complicado», así definió ayer Ione Belarra la aceptación del veto a Irene Montero. Y, como ocurre en esos momentos trascendentes en los que la daga se acerca al cuello de la inmolada, hubo lugar para el panegírico y la lírica. Belarra le prometió a Montero que la organización «nunca te va a soltar la mano». La cabeza sí, pero la mano no. Es un detalle. Los marines americanos tampoco abandonan jamás a los suyos, aunque tengan que meter sus trozos repartidos en varias bolsas de plástico. En cualquier caso, la víctima Montero recogió el guante poético y sentenció que «bajo un sol radiante o bajo una noche sin luna» Podemos mantendrá su lucha por los derechos sociales ante la ofensiva reaccionaria que estamos viviendo. Y que, ciertamente, los acuerdos de PP y Vox en Valencia anuncian con clarines. 'Los clarines del miedo' se titulaba aquella novela de Ángel María de Lera. Pues eso.
En Valencia noches sin luna y sin violencia de género. En Podemos sin el menor atisbo de autocrítica. La modestia anunciada por Belarra no asomó por ningún lado. Las mil rebajas a delincuentes sexuales forman parte de «las mentiras y los bulos» a los que tanto aluden Belarra y Montero además de ser la manifestación caciquil de unos jueces machistas. Punto. Ahora toca trabajar a medio plazo con las cenizas de aquel 15-M y dar paso a los que hasta ayer eran una caterva de traidores. Errejón por ejemplo. Quina que, Iglesias, líder en la sombra, trata de endulzar con un mensaje empalagoso. «Qué hermoso es caminar detrás de vosotras, compañeras». Detrás pero marcando el paso. Y subrayando que «el valor y la decencia» han prevalecido sobre «la cobardía y la mezquindad». Autobombo por todos lados. Modestia aparte. Muy aparte.
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