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Esa manera de correr

Jueves, 16 de septiembre 2021, 09:03

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En la Sierra Bermeja, más allá de los caminos y de las mangueras, rompió a llover un milagro de millones de gotas sobre las hojas, ... sobre las brasas, sobre las viseras de los cascos y sobre los hocicos. Ha sido de pronto, el sobresalto, el chispeo y al fin, la lluvia mansa, y así en Málaga era abril o también mayo, y el pinsapo y la rana de la charca, el zorzal y la liebre que temblando se protegía bajo el lentisco de aquel remolino de gritos, humo y pavesas, vivieron la primavera en pleno mes de septiembre. Quién dijo que llover era mal tiempo. Solo hay algo comparable a la manera en que un hombre lucha por su vida y es la manera en la que lucha por su monte: cuando se abre paso entre las jaras pegajosas, la zancada larga, el repecho de la quebrada ardiéndole en los pulmones, yendo de frente al monstruo gigante y naranja que aúlla allí arriba como una bestia asmática.

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