El Málaga y el Malacitano...
Todo parece indicar que vamos a pasar una temporada en Segunda igual que la anterior, o sea, que el Málaga va a estar con el ... agua al cuello para no descender al infierno de la 1.ª RFEF. Los primeros pasos no invitan al optimismo. De entrada, no se ha producido la limpieza que había que hacer, ya que hay muchos futbolistas en el club blanquiazul que no tienen la calidad suficiente para competir en un equipo con aspiraciones de subir a la máxima categoría. Esa es la realidad, porque vamos a seguir teniendo un equipo cuya base se forjó en la tercera categoría del país. Y así es difícil ilusionar a una afición que sigue teniendo una paciencia a prueba de la desidia que se desprende de la actual cúpula del club. Málaga espera a un gran Málaga que al menos parta con el objetivo de estar en los puestos de arriba y ahora lo que se palpa es tristeza, resignación ante la difícil situación que vive el club que está complemente judicializado, debido a la postura del jeque que está demostrando muy poco amor por los colores blanquiazules. Es cierto que el administrador judicial debe velar por cuadrar los números, pero también lo es que se puede hacer más en política de fichajes y no estar pendientes sólo de los saldos que se presentan en el mercado. Así no vamos a ir a ningún sitio. Ojalá me equivoque.
En medio de esta situación ha aparecido un segundo en discordia que puede distraer la atención de los aficionados al fútbol en la provincia. Se trata del Malacitano, un club comprado a base de talonario para traérselo a la capital en 2.ª RFEF y que suena a una copia descarada del Málaga. Basta ver el escudo, el nombre y los dirigentes que tiene, entre ellos, Daniel Pastor, que es la cara del nuevo equipo capitalino. No hay que olvidar que este hombre fue durante muchos años su administrador concursal, que optaba a ser el administrador judicial y que en el mundillo pelotero de la ciudad siempre se ha barajado su profundo interés por ser el presidente del Málaga. Pastor dice que no es antimalaguista. Y le creo. ¿Cómo va a ser antimalaguista un hombre que da la sensación de que lo que siempre ha querido es ser el máximo dirigente blanquiazul? Pero no lo ha conseguido y quizá por ello se ha embarcado en esta aventura, pese a que buena parte del malaguismo no la ve especialmente con buenos ojos, pues considera que si se divide la afición el club de Martiricos perderá fuerza. Al contrario de otras ciudades donde hay dos equipos que rivalizan en todo, en Málaga da la sensación de que el Malacitano lo que busca realmente es reemplazar al Málaga. No competir contra él, sino ocupar su lugar. Lo que sí extraña es el apoyo que ha logrado del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que no ve con malos ojos que haya un par de equipos de fútbol de relevancia. Como ocurre en la capital hispalense con el Betis y el Sevilla, aunque allí es diferente, porque el presidente bético nunca aspiraría a ocupar la presidencia sevillista y viceversa... Por eso suena raro este nuevo equipo, que va a jugar en el estadio de atletismo. No está nada mal, la verdad, para empezar de cero en una ciudad como Málaga.
Por cierto, puestos a elucubrar, ¿qué ocurrirá cuando el Málaga tenga que jugar en este campo y tenga que compartirlo con el Malacitano? ¿Se imaginan que este último asciende y el Málaga desciende y coinciden los dos en la misma categoría? No sería extraño, porque el club de Pastor arranca con dos millones de euros de presupuesto en 2.ª RFEF. No está nada mal. Habrá que estar atentos al respaldo que tendrá a nivel de afición, que es lo realmente importante. En principio, parece muy lejano que le haga sombra al Málaga, pero las cosas en el fútbol dan muchas vueltas, sobre todo si el club blanquiazul sigue sumido en su caos judicial y vuelve a perder la categoría frente a un nuevo equipo que puede dar el campanazo en un par de años subiendo de manera consecutiva de categoría. Buena suerte. A ambos.
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