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ILUSTRACIÓN: FELIP ARIZA

LA LUCHA POR EL DERECHO A SER OFENDIDO

EL FOCO ·

Hay ideas que merecen ser muy expuestas para que la mayoría aprecie lo dañinas, retrógradas e inmorales que son

Domingo, 29 de noviembre 2020, 09:51

Hubo una época en la que la sabiduría popular, destilada en el refranero, nos decía que no ofende quien quiere, sino quien puede. No es ... tan fácil hacer daño en el ánimo, si el aludido lo decide así. Ya decían los estoicos que la actitud ante lo exterior está en tu cabeza, traducción apresurada de esta corriente filosófica que es un manual de instrucciones vital, olvidado por la pedagogía que parlotea sin cesar sobre 'valores' y se olvida del 'carácter'. También teníamos aquello de «no hay mejor desprecio que no hacer aprecio». Nos querían hacer fuertes, loable propósito para navegar por una vida que no siempre te da todo lo que quieres. Era un objetivo también de cierta educación británica, el 'stiff upper lip', los labios prietos, la habilidad para reírse de la adversidad, mantener la calma y seguir (el cartel de «negocio, como siempre, señor Hitler», de la foto del frutero en un paisaje bombardeado de Londres). Con un límite, claro, porque es bueno saber emocionarse, tanto como evitar ser gobernado por las tripas.

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