Ione Bolaños Belarra
El comunismo es envidia por descubrir. La tristeza del bien ajeno. El egoísmo del que cree merecer todo. No hay sitio para dos. De ahí, ... la purga y la cancelación.
El pasado martes, Pablo Iglesias ordenó que Podemos abandonara Sumar y se integrara con sus cinco diputados en el Grupo Mixto. Yolanda Díaz conoce bien el paño rojo y su predisposición a la traición de los suyos. La política gallega llegó a la Moncloa tras hundir a Beiras, abandonar IU y finalmente expulsar a Podemos del Gobierno. Lo que se conoce como un liderazgo de mujer dialogante y de consenso. El que con un dedo le otorgó el poder de una forma arbitraria ahora la señala como la enemiga número uno de la izquierda radical. Ella entregó a sus camaradas a un insaciable Pedro Sánchez a cambio de incluir la izquierda caviar en su gabinete y mantener sus privilegios. Los morados se la tienen jurada y no aspiran tanto a recuperar su protagonismo como a trabajar para expulsarlos del ejercicio del poder. Amenazan con turbulencias en el juego de las mayorías parlamentarias siempre que no se cuente con ellos. A nuestro pesar, ya los conocemos y sabemos que son solo maniobras de distracción. La secretaria general de Podemos, llamó al ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, esa misma noche en la que decidieron tirarse al monte, para transmitirle la «disposición» de sus cinco tránsfugas a «mantener la estabilidad» de la legislatura.
Ione Bolaños Belarra hablará de causas sociales, de vivienda, de Palestina y toda su palabrería hueca pero lo que únicamente persigue es ser útil utilizada por el sanchismo para invisibilizar a un Sumar para que ya no le salga la cuenta. Primero siempre envidiar para después purgar. Los grandes problemas de la izquierda son problemas de grandes egos.
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