Incorporaciones peligrosas
Los vaivenes políticos que se vienen produciendo en el último año y la sucesión de convocatorias electorales trasladan a los ciudadanos situaciones de provisionalidad. Los ... mismos líderes políticos se han referido en más de una ocasión a la falta de capacidad de gestión en algunos asuntos por culpa de mantenerse en funciones mientras buscaban posibles alianzas entre diversas fuerzas para consolidar un gobierno. Visto lo visto, sin resultados tangibles, acudiremos otra vez a las urnas para ver si en esta ocasión damos con la tecla, que tampoco tenemos claro cuál de ellas es y, sobre todo, cuál le gusta a nuestros representantes.
Por estas razones nos solemos preguntar cuándo es el momento oportuno para hablar de determinados proyectos que demandan los ciudadanos, algunos de ellos propuestas que se realizaron hace ya bastantes años y que han visto pasar el tiempo hasta llegar a situarse en el rincón de los olvidados. Parece que proponer algo va a toparse con que un «ahora no toca. No veis que estamos liados».
El municipio de Marbella, que ha tenido experiencias variadas y duras con sus gobiernos municipales, espera que algún día se consiga la ecuación necesaria en la alineación de las instituciones para que puedan desenpolvarse algunos de esos proyectos pendientes y convertirlos en realidad. Ahora, y desde el consistorio, se confía en que tener en la Junta de Andalucía a un gobierno afín ideológicamente pueda servir para sacar adelante, al menos, los asuntos más importantes para la ciudad, aunque de la misma forma pensarán en otras localidades en las que se den las mismas circunstancias.
Hubo un tiempo en el que se buscaba todo lo contrario; es decir, que ningún gobierno superior se inmiscuyera demasiado en los temas locales, no sea que estropearan algunas operaciones destinadas a obtener elevadas rentabilidades para algunos. Fue cuando se inventó aquello de que «somos una isla que no necesita de nadie». Y ya sabe a que corporaciones me refiero.
Ahora, las buenas relaciones con el gobierno autonómico da ciertas esperanzas a normalizar el avance en las infraestructuras, y hablamos del hospital, los nuevos centros de salud o los colegios. Y no son pocos los que esperan que esta vez sea la vencida, aunque no siempre la afinidad ideológica ha sido suficiente para hacer realidad lo proyectado, y hay algunos ejemplos. Ciertos casos se encuentran también con la competencia de la administración central y parece que es bastante complicado que la tercera china en juego coincida en el tiempo para completar las tres en raya que evitaría ya cualquier excusa para actuar con diligencia en aquello que, se supone, serían puntos de coincidencia.
Entre los proyectos podríamos referirnos al tan deseado tren litoral, pero mejor no hacerlo para que a algunos no le dé la risa tonta. Faltando este medio de transporte todos los desplazamiento se centran en nuestras carreteras, cada vez más saturadas y con mejoras ideadas hace tiempo pero no puestas en práctica. Por ejemplo, arreglar las vía de acceso a la carretera que atraviesa toda la Costa del Sol y evitar incorporaciones que se han vuelto cada vez más peligrosas y que han ocasionado más de un accidente. Se proyectaron carriles de aceleración como el existente en el hospital Costa del Sol, pero éste se quedó como el prototipo que nunca tuvo continuidad en otros puntos. Entrar es más fácil, pero salir de algunos sitios es un auténtico problema, dada la densidad de tráfico que lleva la carretera. Ahora que se habla de poner en marcha un plan de urbanizaciones habrá que tener en cuenta que todas ellas tienen necesidad de buena conexión con la vía principal. Quizás sea un buen momento para plantearse con más intensidad mejorar las incorporaciones y así nuestra seguridad. Dejar pasar el tiempo es empeorar aún más la situación.
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