La ilusión del tren litoral de la Costa del Sol

La historia nos dice que no debemos ser tan optimistas, porque aquí ya se ha vivido situaciones parecidas, cuando el ministro Íñigo de la Serna decía que ya tenía los estudios hechos para saber por dónde tenía que discurrir el tren hacia Marbella y después todo quedó en absolutamente nada. En esta época en la que la sostenibilidad es el primer mandamiento que guía a los políticos, algo que sin duda está bien para cuidar el medio ambiente, es imprescindible que se apueste por el transporte de viajeros por tren, que es la vía menos contaminante que existe.

Más allá de esto, hay que solventar la injusticia histórica que supone para Marbella, único municipio de más de 150.000 personas del país que no está conectado por tren. La localidad costasoleña no puede ser vista sólo como un lugar de destino de lujo, pues son miles de personas las que trabajan a diario allí y que necesitan un medio de transporte de este calibre para poder desplazarse a ella. Pero no hay que ser cortos de miras, porque hay que pensar a lo grande con esta infraestructura y aprovechar que se va a acometer teniendo en cuenta toda la Costa del Sol, desde Nerja hasta Manilva. Fue un error cuando se puso en marcha el Cercanías, que mueve nada menos que a 16 millones de personas al año y que es uno de los más rentables del país, que la línea se quedará en Fuengirola, porque después cuesta mucho trabajo acometer su ampliación. Ahora se habla de un tren de altas prestaciones, que he de reconocer que no sé muy bien lo que significa, pues no queda claro si es barato o no y cuál va a ser la velocidad que llevará.

Y eso es muy importante, porque el tren tiene que ser competitivo con el coche, puesto que nadie lo cogerá si tarda bastante más tiempo que ir a un determinado sitio en automóvil. Tampoco puede ser prohibitivo, pues esta infraestructura no puede estar pensada sólo para los turistas que quieran conocer varios destinos de la Costa del Sol, sino que ha de pensarse para los curritos de aquí, que sufren a diario caravanas, sobre todo en la zona este, o que tienen que pagar peaje para usar la autopista para llegar antes a Marbella y Estepona. Pero ya se hablará de esto llegado el momento con los pertinentes estudios técnicos de los ingenieros, que a la postre son los que tienen que plantear las soluciones.

Lo importante a día de hoy es que todas las administraciones están ya convencidas de que el tren litoral no es un lujo, sino una necesidad. Miles de malagueños ya lo tenían claro desde hace bastantes años. Nada menos que 30.000 han estampado su firma con sus datos personales en la campaña que puso en marcha este periódico en favor del tren litoral, a los que desde aquí damos las gracias por su compromiso, y que sin duda estarán contentos del paso dado por el Gobierno. A la oposición hay que pedirle ahora que no descarrile el proyecto por una mera táctica electoral, lo cual no es óbice para que estén atentos para que se vayan cumpliendo los plazos que se anuncien desde el Ejecutivo. Esto tardará años en hacerse realidad, no hay que llevarse a engaños, pero lo realmente importante es que el proyecto arranque y no se desvanezca como una ilusión puramente navideña. Felicidades a todos por las fiestas.