Fugas de bata blanca
En España el sistema público sanitario ha sido puesto a prueba de manera severa, sobre todo, tras la pandemia
Antonio Martín Noblejas
PRESIDENTE DEL SINDICATO MÉDICO DE MÁLAGA
Viernes, 28 de noviembre 2025, 01:00
En el actual contexto europeo, las condiciones laborales del personal sanitario son un reflejo de la falta de responsabilidad de distintas administraciones y las tensiones ... acumuladas —entre sobrecarga, envejecimiento profesional, escasez de personal y aspiraciones legítimas de mejor equilibrio entre vida y trabajo—. Al observar cinco países —España, Francia, Alemania, Suecia y Bélgica— se vislumbran diferencias relevantes que permiten entender qué se hace bien, qué no tanto y qué retos comparten. En España el sistema público sanitario ha sido puesto a prueba de manera severa, sobre todo, tras la pandemia, y las condiciones laborales de los profesionales se tensaron de forma notable, las grandes cargas asistenciales crecientes, tiempos de consulta irrisorios, además de la falta de reconocimiento e insuficientemente retribuidos a su alto nivel exigido.
A la sanidad pública española le faltan unos 6.000 médicos especialistas, según el Ministerio de Sanidad, del mismo modo que se ha llevado a cabo una disminución del número de plazas ofertadas de médicos residentes (MIR) durante años. La situación de los médicos de España en la actualidad es tan preocupante que revertirá de forma negativa en el porvenir de la sanidad en nuestro país. La falta de facultativos en los centros de salud y hospitales públicos, además de recursos e infraestructuras sanitarias, no solo continúan saturando un problema endémico en nuestra sociedad, también hay que tener en cuenta la gran cantidad de jubilaciones que se llevarán a cabo en el sector.
Este déficit de galenos, producido por un empleo cada vez más precario, pese a la gran responsabilidad que conlleva ejercer la medicina, hace que los jóvenes estudiantes abandonen el país para trabajar en otros países europeos, donde sí valoran su figura. Una desigualdad que se ve reflejada en el cómputo de los salarios, en los que denotan una brecha considerable. Si en España se sitúan en un rango medio de entre 28.700 y 54.700 euros brutos anuales, en el país galo está entre 95.000 y 149.000 euros; y en Alemania, entre 60.000 y 125.000; por poner dos ejemplos.
Pero no todo es una cuestión económica. Con respecto a las guardias, en nuestro país hay una duración de 24 horas (la suma de las jornadas ordinarias y la guardia) en días laborales, y en festivos, 24 horas; en cambio, en estos otros países, el máximo, se recomienda, entre 12 y 13 horas de guardia.
Y es que, si ampliamos la comparativa en algunos aspectos laborales con otros estados, los datos son alarmantes. Así, mientras en España un médico gana entre 25 y 35 euros por hora en una jornada ordinaria, en Francia, obtienen 60 euros; en Alemania, entre 40 y 60 euros; en Suecia, entre 30 y 60 euros; y en Bélgica, entre 55 y 85 euros.
En lo referente al tiempo efectivo de las guardias y si cotizan para la pensión, en estos estados europeos sí lo contemplan, pero no en España, del mismo modo que la jubilación anticipada y la negociación diferenciada, por la que estamos luchando para tener un estatuto propio.
En 2024 la Organización Médica Colegial (OMC) realizó un total de 5.514 acreditaciones de idoneidad que pidieron un total de 3.070 profesionales colegiados para irse a trabajar a otro país europeo. Otra muestra palpable es la OPE del Servicio Andaluz de Salud (SAS) para médicos de familia celebrada en octubre del 2025, en la que se han ofertado 1.689 plazas y solo se han presentado 966 opositores, lo que demuestra la falta de atractivo que tiene por todo descrito trabajar en la sanidad pública andaluza.
Con estos mimbres, los nuevos profesionales se están marchando de España también, entre otros condicionantes, para encontrar ratios de conciliación real con incentivos para jornadas eficientes y horarios compatibles con la vida personal y desarrollo profesional. De esta forma, se pone de manifiesto que el futuro de la sanidad, tal y como la conocemos hoy, está en peligro.
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