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El alféizar

La fiesta del corazón

Lunes, 11 de diciembre 2017, 07:54

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La irrupción de la Navidad en el calendario es arma de doble filo; unos la adoran y otros la detestan. Sorprende las filias y fobias ... que despierta esta fiesta cristiana que celebra el nacimiento de Cristo. Quizá sea porque toca el corazón. Y lo hace remitiendo a un corazón limpio, puro, sincero. Al corazón de un recién nacido. Y es que en materia de corazón somos especialmente sensibles. Unos porque lo mantienen intacto y otros porque lo conservan podrido de latir. La asignatura del corazón es tema pendiente, siempre estamos madurando. Y esto de amar es experiencia, a veces, complicada. Algo tan íntimo nunca fue objeto de más trapicheo, deseo y manipulación. Vivimos en una sociedad de corazones fáciles con el consiguiente riesgo: hacernos daño en lo más íntimo y sagrado que tenemos. Sin apenas respeto por el corazón propio o ajeno, hay quien cabalga entre aplicaciones móviles para salvar los saltos de las cataratas de la vida, hay quien se empeña en controlar las emociones y no respetar los procesos de crecimiento y hay quien directamente detesta y detecta que la fiesta del corazón, la Navidad, no es apta para ellos. Las cosas están así. Y así hay que conocerlas y reconocerlas.

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