Lo equitativo
VOLTAJE ·
El hotel Soho Boutique Equitativa está en uno de los edificios más especiales y mejor puestos de MálagaHay que responder con alegría al regreso. Los temas de la actualidad asaltan en septiembre como una estampida. Se detiene la orden de alejamiento autoimpuesta ... al ordenador o a cualquier cosa que contenga teclas, a excepción del cajero. En verano los periódicos adelgazan porque dejan de pasar cosas pero luego en septiembre se le vuelve a hacer caso a todo.
Hoy me ocupa la apertura de un nuevo hotel, el Soho Boutique Equitativa, que como su nombre indica está en uno de los edificios más especiales y mejor puestos de Málaga, y que llevamos contemplando media vida sin mucho movimiento hasta que, para sorpresa de nadie, se ha convertido en un hospedaje. Lo mismo ocurrió de manera algo más sorpresiva con un chaletazo al final de la calle desde la que escribo, disponible a unos precios en apariencia altos pero que, al tener tantas camas y tantos rincones en los que tumbarse, es solicitado con frecuencia por grupúsculos de jóvenes con sed.
El edificio de La Equitativa, que es el que nos importa hoy, fue considerado con gracia el primer rascacielos de Málaga y es una de las mejores representaciones de art decó y del Estilo del Relax. Celebro la apertura de este hotel como una feliz noticia, por la posibilidad de que albergue a personas que aporten algo al territorio y por la recuperación de este edificio para un uso ciudadano. Los precios de las habitaciones no parecen prohibitivos (ahora la doble está a unos 150 euros) y de sus habitaciones se dice, con lógica evidente, que contienen una de las mejores vistas de la ciudad, superiores a las de aquella noria en el Puerto que daba vueltas sin gente, desde donde se apreciaban los salones y las cocinas de varios vecinos, y que una vez bauticé como 'Málaga Ay' emulando al mirador giratorio de Londres. Las vistas de La Equitativa ya estaban ahí antes del hotel, pero entonces no existía la posibilidad de acabar por algún motivo chapoteando en esa piscina resplandeciente, que por otra parte parece pequeña a unos ojos acostumbrados a la amplitud de la mar.
Septiembre inspira la necesidad de una visita clandestina al edificio. Las dudas que me genera el hotel tienen que ver con su servicio de carta de almohadas o por la variedad del desayuno continental. Se aprende mucho en los desayunos de los hoteles y se conoce a la gente por su actitud en el buffet libre. A mí particularmente me hace gracia la disposición pública de botellas de cava hincadas en el hielo que se dan en los desayunos de algunos hoteles, no sé si en este también, y que permiten empezar el día sin incertidumbre, una virtud generada durante el período vacacional y que se pone en peligro hasta que durante una semana todos los días parecen lunes.
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