El más acá
Pensaba que las flores venían de nuestros campos pero me he enterado que provienen de Colombia y Ecuador, según la especie y, por eso, quizá, se van a las nubes
Después que pasen estos días, estaría bueno que nos concentrásemos más en los problemas que nos afligen a los que aún seguimos pataleando. El numerito ... que vimos en televisión, en directo, culminación de un complejísimo proceso en el que intervino además de los concernidos, el gobierno, muy preponderantemente, el abad, un juez de lo contencioso, jubilado prematuramente, el Tribunal Supremo, como si no tuviese otras cosas que resolver, y hasta el papa. El numerito, digo, no tuvo desperdicio. Si se pretendía que fuese otra cosa diferente a un homenaje, se erró el tiro. Con esto de los carritos, muy poca gente sale a hombros por muy muerta que esté y nadie lo hace después de cuarenta y cuatro años mal contados desde que abandonó el mundo. Ni don Alfonso XIII, ni el desgraciado infante de Estoril para hablar de exhumaciones célebres. Podían haberse esperado hasta este mes, extraño mes, como recuerda Pepe, mi amigo, que comienza por los Santos y termina por San Andrés y que está de alguna manera relacionado con los difuntos. La confusión se mantiene entre el uno y el dos. Como se sabe pero no se recuerda, mientras el primer día conmemora a todas las personas que han alcanzado la canonización, el siguiente recuerda a los fieles que pasaron a mejor vida sin esta distinción. Por exclusión, éstos no fueron tan buenos porque si no tendrían dos días de celebración. Bueno, en México, tienen casi una semana que denominan sin ambages Día de Muertos, con modestia, porque son bastante más de uno. Aquí no llegamos a tanto. El aperitivo es el Halloween que tiene su tradición pero que nos es totalmente ajena -nos contentábamos antes con ir a ver el Tenorio, no se perdonaba- y que no es sino una excusa para festejar. Nos queda poco para asumir el Día de Acción de Gracias. Seguro que lo haríamos si no tuviese un tufillo algo religioso.
El uno de noviembre se va al cementerio. No todo el mundo para desilusión de las floristerías que se preparan concienzudamente. Dicen que venden en esa oportunidad más, bastante más que en todo el resto del año. Pensaba que las flores venían de nuestros campos pero me he enterado que provienen de Colombia y Ecuador, según la especie y, por eso, quizá, se van a las nubes. Este año parece que la afluencia no ha sido tan masiva según manifestaban y se quejaban. Marbella se había preparado para el traslado del personal y se establecieron unas líneas especiales de autobuses. No sabía que era para tanto aunque es cierto que el camposanto mal llamado «nuevo» queda lejitos y que entre los visitantes priman los más ancianos. Había cierta expectación y un amigo periodista estaba entrevistando paseantes preguntándoles si visitaban a sus deudos, en esta fecha tan señalada. Es una tradición, qué le vamos a hacer pero creo que es más propio dedicar un recuerdo más personalizado a nuestros difuntos, el aniversario de su fallecimiento, su cumpleaños, su onomástica sería quizá más propio. Las masificaciones me horrorizan.
Los muertos que vos matáis gozan de buena salud escribía Monsieur Pierre y así es. Porque el otro tema estrella de esta época de campaña ha sido el Impuesto de Sucesiones y las desigualdades en su aplicación entre los distintos reinos en que se ha dividido España, también conocidos como comunidades autónomas. Morirse no es lo mismo en cualquier sitio y si se dice que nunca hay un momento bueno para ello sí que hay un lugar mejor que otro. Bueno no para el instante mismo pero sí para el sitio donde se ha esperado a la parca los últimos años. Bajo la excusa de «armonizar» una expresión muy positiva ¿qué hay mejor que la armonía? se esconde el ansia recaudadora que espera ansiosamente el óbito del vecino para descargarse sobre los dolientes que dudan si publicar o no la esquela porque dicen las malas lenguas que los publicanos leen los periódicos, especialmente uno donde se anuncian los más encopetados. Ha surgido la polémica y en la capital se defienden las autoridades diciendo que, a pesar de la rebaja, se recauda más que en ninguna parte. Ya se sabe que si se quiere cobrar menos hay que subir los impuestos.
Si seguimos así, va a tener razón el general que dicen que gritó aquello que tanto molestó a don Miguel y que nos ha venido a recordar mi paisano por partida doble, el paisano, no el recuerdo. .
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