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Hace unos días supimos que Luis 'El Pelos', atracador de bancos en su juventud, había presentado su candidatura para dirigir Podemos en Madrid. Cumplió tres años y fue indultado por Felipe González. Él y sus compinches querían financiar la lucha armada de Loita Armada Revolucionaria. Todo muy normal para Podemos. Ya habían presentado como candidata a la alcaldía de Ávila a una condenada a prisión a 30 años por participar en un asesinato en 1985. Qué tiempos decorosos cuando Cicciolina fue diputada.

Salieron a defenderla porque el asesinado la había violado. Esto está muy bien en una película al revés de Monica Bellucci (si das con el violador correcto, claro), pero no para entrar en política. Echenique y Juanma del Olmo dijeron lo de que el asesinado era un violador. Que yo qué sé, pero no se probó. El Tribunal Supremo concluyó que la agresión sexual no se había producido. La juez, contra el criterio de la Fiscalía, ha sentenciado que esa manifestación lesionaba la dignidad de la persona. 80.000 euros de indemnización. Por supuesto, fuentes cercanas a Echenique y Del Olmo aseguran que los han condenado porque son de Podemos.

Dejando aparte lo normal según Foucault (un grupo de personas decide y comparte lo que es verdad, lo que es normal y esa normalización define qué es verdadero o falso, correcto o incorrecto, normal o anormal), no llego a acostumbrarme a la discapacidad moral de Echenique. Esto de dar por hecho que alguien es un violador, cosa que atenta contra la dignidad de una persona, es poco comparado con que ese señor con sus borricadas sea el portavoz de un partido que está en el Gobierno de España, cosa que atenta contra la dignidad de la clase política de un país.

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