Confinados y libres
No es saludable que la libertad de expresión haya estado tantas veces ya en debate
No parece muy saludable para el sistema que en pleno estado de alarma la libertad de expresión haya estado en el centro del debate en ... más ocasiones de la deseadas ya. Primero fue el método de filtrado de preguntas impuesto por Moncloa en cada comparecencia de Pedro Sánchez. El martes saltó otra alerta cuando el CIS de Tezanos planteaba en una de sus encuestas recientes la posibilidad de que cualquier información sobre la pandemia pase previamente el filtro del Gobierno con ese formidable eufemismo de la «validación oficial», es decir, la censura. Claro que antes el Servicio Andaluz de Salud, amparado en una orden del Gobierno central, había impuesto el silencio a sus sanitarios.
No entro ya en esta locura desatada de las trincheras de uno y otro bando, un hábito tan puramente español como los chivatos de la Inquisición o las delaciones entre primos en plena Guerra Civil. Hay algunos tuiteros que no han firmado una noticia en su vida y que ahora tratan de decirnos a los periodistas dónde están el bien, el mal y la veracidad.
El control de la información ha constituido siempre una tentación del poder. De hecho, la propaganda ha sido una de las más poderosas herramientas de todos los régimenes. Con ella atizó Hitler al Tratado de Versalles o a la república de Weimar de la misma manera que el estalinismo trató de ocultar el holocausto de Holodomor. Pero ahora, en las democracias del siglo XXI todo es más sutil. O lo era al menos hasta ahora. Ayer mismo el Ministerio de Educación tuvo que pedir disculpas públicas por utilizar TVE para burlarse de Rajoy en un programa divulgativo para niños. En fin.
Lo que está en juego no es el crédito de tal o cual partido. Francamente me importa un carajo si esta pandemia puede beneficiar o perjudicar a unas u otras siglas porque a estas alturas todas me resultan igual de despreciables. Ponemos en riesgo la libertad de expresión, tan sagrada que en Estados Unidos protegen con la primera enmienda de su Constitución. Tenemos la obligación de estar confinados, sí. Y el derecho a la libertad, a todas las libertades.
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