Desde estas líneas quiero solicitar al gobierno local de Ronda que se coloque la bandera andaluza en la plaza del Socorro, justo al cumplirse cien años de la Asamblea Andalucista que fue presidida por Blas Infante
ALEJANDRO SERRATO
Martes, 29 de mayo 2018, 00:33
Hace cuarenta años nuestro gran Carlos Cano, enamorado de Ronda, escribió una copla que pronto se convertiría en un emblema para los andaluces y andaluzas: «De Ronda vengo, lo mío buscando, la flor del pueblo, la flor de mayo, verde, blanca y verde, ay, qué bonica, verla en el aire, quitando penas, quitando hambres, verde, blanca y verde, amo mi tierra, lucho por ella, mi esperanza, es su bandera, verde, blanca y verde, verde»…
Cien años hace desde que se celebrara en la ciudad rondeña la Asamblea Andalucista como hecho histórico que figura por méritos propios en el texto de los dos Estatutos de Autonomía de Andalucía. Los días 12, 13, 14 de enero de 1918 aquel encuentro, pórtico del movimiento andalucista y pionero en la reivindicación de autogobierno para este pueblo, era presidido por el Padre de la Patria Andaluza, Blas Infante. De aquella cita, conocida ante la Historia por el nombre de la ciudad serrana que la acoge, brotarán inéditas ideas políticas y socioculturales que pasan por reconocer a Andalucía como protagonista ante el futuro de su proceso de liberación y, para ello, se inicia el proceso de búsqueda de los principales símbolos que actualmente representan a los andaluces y andaluzas, el escudo y la bandera. Aquellos símbolos que amaba Carlos Cano y que nuestras abuelas empezaron a bordar para colgar en los balcones.
Aquella verde y blanca que legalizó un pueblo en la calle con más de dos millones de hombres y mujeres exigiendo una autonomía por la que asesinaron a Manuel José García Caparrós. Aquellos colores de paz y esperanza que, escondida en un baúl y borrada de nuestra memoria colectiva, estuvo más de 40 años bajo la mirada de los franquistas. Un símbolo de integración, una bandera de dignidad y esperanza que ondea bajo el sol de nuestra tierra, pero que, sin embargo, algunos parecen querer encerrar de nuevo.
Esa misma bandera que también nos representa a todos como pueblo es la que el gobierno de Ronda ha retirado y que sigue sin ondear frente al lugar donde se celebró la ilustre cita. Efemérides de la que es buena recordar que, gracias al Grupo Parlamentario de Podemos el Parlamento de Andalucía, ha declarado 2018 como año del I Centenario de la Asamblea.
En una de las plazas más emblemáticas de Ronda, el Padre de la Patria Andaluza se ha quedado huérfano en las inmediaciones del casino. Está mirando en soledad a la fuente central con los emblemas del escudo de Andalucía. Asiste atónito al espectáculo y sin querer levantar la vista porque, junto a él, un mástil como un barrote de cárcel semejante a un soldado franquista acecha vigilante al Ilustre hijo de Casares para que no se divulguen sus ideas. Ahí está pensativo, con su Ideal andaluz bajo el brazo, sin que la verde y blanca la veamos en el aire, y le acompañe, «quitando penas, quitando hambre» como dice la copla.
Un Carlos Cano que, entre girasoles, guitarra en mano, no encuentra acordes porque su verde y blanca no ondea. Por ello las hojas del texto de Blas Infante caen bajo sus brazos, sin que el vaivén de la bandera mueva las hojas reivindicativas, dignas y libres de la Andalucía de aquel Ideal que imaginó. Para que lleguen sus pensamientos vivos a las puertas del casino y no caigan estériles sobre el suelo de una plaza donde el sol y el agua las hagan desaparecer. Carlos Cano paseando por la Alameda del Tajo y entonando aquella copla nos invita a salir desde Ronda para dar paso a una primavera andaluza donde el aire mueva libres y rebeldes vestidos y cabellos a quienes paseen por la calle La Bola. Nos empuja a mover y renovar las hojas de aquel Ideal Andaluz para que no caiga en manos de quienes ocultan nuestros símbolos y nuestra Historia.
Blas Infante.
Blas Infante en 1918, una vez descartadas las capitales de provincia para la cita andaluza, para no causar enfrentamientos inútiles, se decanta por Ronda. Conocía bien la Serranía, su pueblo natal abre las puertas del mar a la sierra, y aunque la comunicación por carreteras era algo peor que ahora, el ferrocarril Bobadilla-Algeciras, serviría como lanzadera para acercar a los andalucistas. Hoy, a su llegada a la estación, a su salida les daría la bienvenida a los asistentes una gigantesca bandera de España que ondea actualmente, pero no la andaluza, después de cien años de aquel foro andalucista, y torpemente en el año que se le había nombrado a Infante Hijo Adoptivo de la ciudad.
Desde estas líneas quiero solicitar al gobierno local de Ronda que se coloque de forma inmediata la bandera andaluza en la Plaza del Socorro, para que a Blas Infante dejen de vigilarlo tras un barrote de una cárcel de color blanco y que sea una verde y blanca quien, con el vaivén de su tela, le devuelva la vida al Padre de la Patria Andaluza. Para que Carlos Cano recupere su melodía, para que entre todos y todas amemos a nuestra tierra, luchemos por ella, porque su esperanza, es su bandera, verde, blanca y verde, verde, blanca y verde.
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