Un día salió de Málaga un macharatungo a hacer historia a lo grande y está su nombre en el Capitolio: Gálvez, el de la Independencia. ... Poco después un inglés, vino a luchar por Málaga y por España junto al liberal Torrijos. Su cuerpo descansa en una terraza del cementerio marino de Reding. Siempre ha habido malagueños que salen de Málaga hacia otros lugares. También viene a hacer «más Málaga», mucha gente de fuera, como las empresarias del Autocine. Esa es la esencia de la ciudad cosmopolita, el transvase. El transvase de gente inquieta.
El transvase entre esta ciudad y otras está en su historia. ¿Qué ha sido sino su puerto? Ir y venir de gente y de mercancía. Ciudades con puerto tienen medio viaje hecho para ser cosmopolitas. Cosmopolita es la ciudad que acepta al que llega de otro lugar a trabajar y allana el camino al emprendedor.
Un día Sidney, allá por el hemisferio sur, quiso poner su nombre en el cuadro de honor de las grandes metrópolis y decidió construir un auditorio en el puerto para adornar su bahía. El concurso de ideas, abierto a todos los arquitectos del mundo, se lo llevó un danés. Y allí en Australia, a 16.000 km de su casa, dejó su mejor obra. Asombra La Ópera de Utzon, un edificio en un dique que parece desplegar velas. Con ellas saluda a los que van y vienen en barco e identifica a los australianos con su tierra.
Cosmopolita, era el nombre de un café con mucha solera en una esquina de calle Larios. Ser cosmopolita está en la esencia de Málaga, repleta de personas ilustres con apellido extranjero. La Costa del sol, nace como resultado de interacción entre gentes de espíritu emprendedor, de aquí y de fuera. Y cuando está claro que el modelo se agota, allá por el año 2.000 torna a Costa del Golf, empujando a todo el sector a mejorar la calidad de lo que se oferta.
Muchos claman por que se han enladrillado en demasía playas y colinas. Y es cierto, falta medida y coto al alicatado de laderas. Pero desde esos ladrillos se han abierto cien mil ventanas para que hombres de secano y nórdicos de la niebla puedan comprar cien mil horizontes de azul, y vivirlos sobre una tierra única, amigable y receptiva con el de fuera.
Aunque Paris y Londres están más cerca, el modo de vida en Málaga está más próximo a la costa americana del Pacífico que al modelo de las ciudades europeas. Bajo un clima suave, esta tierra se estira a lo largo de 180 km de costa. Sobre ella una población, hasta ahora ocasional, se replantea tele-trabajar desde su segunda casa. Cerca de un millón de personas viven su día a día, modo manos libres junto a su móvil, a lo largo de dos autovías en paralelo. Dos empresarias de Madrid vienen a redescubrirnos el cine desde el asiento de nuestro coche. Cosmopolitas de ciudad en ciudad. Hay transvase. Hay ideas, más allá del diario hablado de la pandemia.
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