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Ahogados

Jueves, 17 de febrero 2022, 07:58

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Cuando desembarcan un muerto, todos los muelles son el mismo: un inmenso cementerio. Recuerdo el primero que vi siendo un pibe en el fondo de ... la zodiac en el muelle de San Sebastián, malcubierto por un plástico y comido por los peces. El ahogado es siempre un muerto cercano. Cada vez que uno se baña, el agua en la que el muerto se ahogó lo pone en contacto con él y con su lamento, y ya el resto de la vida se pasa uno con aquel muerto hablándole con su voz de cangrejos. Mi amigo Agustín Fernández Maldonado de Barbate quería inventar un chaleco salvavidas con GPS para que no se perdieran los náufragos porque su primo ahogado le hablaba en sueños y le decía dónde estaba en la mar para que fuera a buscarlo, pero Agustín no le entendía. Fuimos a probar el prototipo con Antonio Vázquez el fotógrafo, Paco el Botero que ya murió, el pobre, y su otro primo, un pescador apodado El Rascacio al que creo que cogió la Guardia Civil con la barquita cargada de chocolate como la burra del villancico. Pero esa es otra historia.

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