AGUA QUE HAS DE BEBER
CADA año, desde hace bastante tiempo, y cuando llegan estas fechas, recibimos el acostumbrado informe de cómo se encuentra la presa de La Concepción, en ... Río Verde, y sabemos si el agua que contiene nos mantendrá sin problemas durante los meses de verano en los que lo normal es que no llueva absolutamente nada. Los informes oficiales llaman a la tranquilidad una vez hechos los cálculos sobre los litros que tenemos y lo que es habitual que se gaste durante la temporada de mayor afluencia turística. De todas formas, permanece la incógnita de si habrá que tomar medidas cuando llegue el otoño si las lluvias se retrasan.
Esta presa, que abastece a la Costa del Sol Occidental, lleva años pendiente de un gran proyecto que permita aumentar su capacidad, bien con su recrecimiento, como se planteó al principio, o construyendo otro muro de contención río abajo. Sea de una forma o de otra siempre han surgido problemas que nunca han llegado a superarse, muchos de ellos de tipo técnico o medioambientales, pero de fondo, latente, el coste económico que supone una obra de tal calibre y que parece que suele echar para atrás a toda aquella administración que quiere abordar el asunto y ve los datos que le ponen los técnicos sobre la mesa. Cuando el año ha sido seco y llega el verano se suele plantear la cuestión de cómo abordar una solución, aunque cada vez más tímidamente, esa es la verdad, no sea que provoque las sonrisas de quienes han terminado por dar el asunto por zanjado o que al menos tienen serias dudas de que alguien decida meterle mano.
No deja de ser bastante significativo que ya sean pocos los políticos que hablen del tema, incluso en las campañas electorales. Hemos tenido varias seguidas y apenas si alguien ha hecho referencia. Los que se han atrevido a mencionarlo, en un intento de conseguir apoyos por lo que se considera una preocupación, han terminado por darse cuenta de que han provocado el efecto contrario; es decir, que la reacción de quienes han recibido el mensaje ha sido la de pensar que ese representante público o candidato no estaba muy al tanto de algo que tiene un poco mosqueado al personal desde hace tiempo. Es un asunto que corre paralelo (es una forma de decirlo) al del tren litoral, ahora que se ha inagurado el tramo de AVE entre Antequera y Granada y que nos ha removido pensamientos apaciguados pero siempre presentes sobre nuestro tren inexistente.
El problema del pantano de Río Verde es que su limitada capacidad, adecuada para la época de su construcción, pero escasa para el enorme crecimiento que ha experimentado todo el litoral, es que cuando llega un año lluvioso hay que tirar al mar una gran cantidad de agua que es muy necesaria meses después, por lo que ya que tenemos casi olvidado el recrecimiento, lo lógico es que se planteen medidas alternativas para el almacenaje. Desde la misma Mancomunidad de municipios se reconoce que podría impedirse el desembalse si se terminaran de mejorar las conexiones con las presas de Málaga y enviarles el agua que sobra, dado que algunos de los pantanos de la capital disponen de la capacidad suficiente y no se han llenado nunca. Y es un buen criterio. Desde allí se puede hacer una lógica distribución hacia los puntos que en algún momento tengan carencia y, seguramente, dejaríamos de hablar de prealertas, como ahora, o lo que es peor, de posibles alertas más adelante.
Estas medidas, sin dejar de tener sus complicaciones, ya no son los proyectos faraónicos de una nueva pared en la Concepción, y es una cuestión que afecta más a una celeridad en los acuerdos entre administraciones y a ponerse manos a la obra que a cualquier argumento que sirva para dejar los planes en un cajón. Y el agua que hemos de beber no dejarla correr.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión