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Acqua Alta

La semana pasada, en Marbella, llovió, un acontecimiento cuya ocurrencia se había transformado en algo exótico

Miércoles, 27 de noviembre 2019, 00:14

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Un nombre precioso para distinguir un fenómeno no tan bonito. No sé si es un genérico para designar en Italia simplemente la marea alta o ... se utiliza solo en la Serenísima para aludir a las inundaciones a las cuales ya están muy acostumbrados. Cuando la plaza de San Marcos queda a noventa centímetros de profundidad, nadie se escandaliza pero cuando el agua supera el metro ya es otra cosa. No sé cómo se las arreglan. La ciudad sigue funcionando, despliegan pasarelas por doquier, puentes y los vaporettos mantienen su curso. Este año, el agua alcanzó proporciones casi nunca vistas adquiriendo características de catástrofe. Escuché a un sacerdote muy preocupado por la cripta de la basílica y me sumió no en la laguna que allí estaba formada sino en la incertidumbre porque me imaginaba que la valiosa catacumba estaba amenazada cada vez le entraba agua y no solamente cuando llegaba al metro ochenta. En mis tiempos, el agua entraba por abajo. El futuro es incierto porque cada año dicen que sube el nivel del mar y tendrá la tendencia de anegar las zonas más a nivel. Como también suben las temperaturas, se deshielan los polos especialmente el Norte y claro, el deshielo va al mar. Hemos visto escenas preocupantes: osos encaramados en trozos de hielo haciendo equilibrios, flacos los pobres porque el alimento escasea por esas latitudes y resulta difícil cazar o pescar mientras se aguanta para no caerse. Pero lo más impresionante es la imagen de la navegación de un barco de tamaño natural que pudo desplazarse desde Corea del Sur hasta Sabetta, un puerto ruso en Siberia que me parece tiene pocos atractivos turísticos, en pleno invierno y sin rompehielos. Es verdad que ahorró un buen montón de millas en su navegación pero algo me dice que vamos mal por ahí aunque la famosa ruta de la China ha encontrado un nuevo derrotero, dos tercios del tradicional. La nave que culminó esa epopeya tiene un nombre muy apropiado porque recuerda al geólogo y explorador que se fotografiaba cubierto de nieve.

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