Ciudadanos, salvar la marca
Es un regalo envenenado de Bendodo: él se cobró la Diputación, y Ciudadanos está desgastándose
Teodoro León Gross
Martes, 4 de agosto 2015, 13:11
Ciudadanos, el partido alimentado por el sistema para vacunar desde dentro el sistema degradado sin desmontarlo, ha logrado vender 'marca limpia' y 'programa sensato' frente ... a la solución antisistema de Podemos por más que hayan aflojado las 'tuerkas' de su estrategia. Los ataques de los rivales, estigmatizando a Ciudadanos como 'marca blanca del PP' o 'partido del Ibex', apenas han erosionado su credibilidad para ser la llave del próximo gobierno. De ahí que los dirigentes naranjas vieran en las elecciones municipales un riesgo, pero también una oportunidad como laboratorio para exhibir un programa de cambio. Su ideario era sencillo, casi de un punto único: 'Se pueden hacer las Cosas de Otra Manera'. Apenas han necesitado algunos principios básicos: pactar gobiernos sólo si son la fuerza más votada, respetar las listas mayoritarias, rechazar alianzas con corruptos... Y más o menos han salido indemnes, quizá mejor que Podemos, a pesar de los arribistas, los acuerdos contra algunas listas ganadoras, o pactos polémicos como en Andalucía o Madrid porque difícilmente se puede flotar sobre la ciénaga de los Ere, Púnica o Gürtel sin verse salpicado. Hay otros lugares delicados, como Mijas, tercera localidad de Málaga, con un pacto anómalo: Ciudadanos gobierna allí siendo la tercera fuerza, con cinco concejales, apoyado por el PP, que ganó con once. Es un regalo envenenado de Bendodo: él se cobró la Diputación, y Ciudadanos está desgastándose. Y aunque los dos partidos tratan de evitar que aquello estalle, el ultimátum de este fin de semana ha sembrado de minas el futuro inmediato.
Tras los pactos del programa 'Se pueden hacer las Cosas de Otra Manera', Ciudadanos se enfrenta ahora a la Fase 2: 'Podemos equivocarnos, pero sabremos rectificar'. Lejos del atrincheramiento de PP y PSOE, su discurso pasa por evitar la imagen de sostenella y no enmendalla: 'si algo va mal, no puede taparse sino extirparse'. Y Mijas pinta cada vez más a problema. Allí su alcalde pretende gobernar con pautas de mayoría absoluta aun teniendo la mitad de votos que su socio; y más allá del choque de egos, ese oportunismo con el 17% bordea la caricatura. El rumor de asuntos sucios hallados bajo las alfombras no cuadra -el PP, por transparencia, les cedió urbanismo y contrataciones - y además eso o se desmiente o se acude al juzgado de guardia. Más bien crece la sospecha de que el alcalde, que se pasó al partido naranja tras perder las primarias en el PSOE, es un arribista que trata de zafarse del PP. Pero todo este viejopolitiqueo no le daña tanto a él como a Ciudadanos, porque a diferencia de otras fuerzas donde pesa más la 'marca personal' de los candidatos, para ellos la fuerza emana de la 'marca partido'. Y la imagen de la dirección preguntándose ante ese alcalde, en plan Remedios Amaya, "Ay, quién maneja mi marca, ¿quién? que a la deriva me lleva." no es precisamente fiable
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