EL PINTOR DE ORO NO ES DE NUEVA YORK

Ayer detenían al ya conocido como el pintor de oro; artista urbano que los pasados meses intervenía mobiliario urbano de los municipios de Málaga y ... el Rincón de la Victoria pintando con spray bancos públicos y papeleras de color dorado. La policía llevaba varios días detrás de él, cual narcotraficante o cabecilla de una trama de sociedades interpuestas y exhibía sin ningún pudor una fotografía con el material intervenido: unos botes de pintura dorados, dibujos, piedras doradas, tarjetas de memoria, un móvil y un ordenador. Me ha dado tanta vergüenza ajena verla que he tenido rápidamente que saltar a otra página a leer mi horóscopo. La mayor parte del mobiliario urbano que este presunto terrible delincuente ha intervenido ha quedado mucho más vistoso que seguramente estaba antes de la presunta agresión. No soy partidario del gamberrismo, sí en cambio soy un acérrimo defensor del arte urbano; no estoy escribiendo de lo mismo. Existiendo abultadas amenazas internacionales, redes yihadistas, estafadores, maltratadores y acosadores por encontrar y arrestar, la captura de ayer es pueril y peca de adolescente. El problema de este muchacho, que sigue todos los cánones del perfecto artista urbano, al igual que el británico Bansky o el estadounidense Obey, es no haber nacido en Nueva York. En ese caso, podríamos haberlo propuesto para intervenir el mobiliario público de la Barriada de Sixto, Bonaire o el Soho, le hubiésemos pagado un billete en 'Business class', una habitación con salón comedor y catering con champán francés de la viuda, además de unos más que justos emolumentos, esperando ser portada de alguna revista nacional o internacional. Cuando el talento nos crece con jóvenes, que al albur de lo que programan algunas instituciones culturales se lanzan a crear y a expresarse de forma pensada, reflexiva, con proyección y trascendencia, llega la autoridad competente y acaba de un plumazo con el invento. Qué alguien les explique la diferencia entre arte urbano y vandalismo por favor. Gracias.