Consejería de Cultura

Acabadas las elecciones con resaca incluida es hora de empezar a cumplir las promesas formuladas los pasados días. La todavía presidenta en funciones de la ... Junta de Andalucía hasta que vuelva a ser investida, Susana Díaz, anunció volver a recuperar la Consejería de Cultura, agrupada la pasada legislatura junto a Educación y Deportes; una de las promesas más acertadas de toda esta campaña electoral. La crisis trajo consigo que se adoptaran algunas decisiones inexplicables e incluso ridículas. Un supuesto ahorro presupuestario en aquellos días en los que la prima de riesgo parecía una especie de condena a muerte sin recurso posible, fue el argumento utilizado para lapidar una consejería que se había labrado el camino durante los últimos años. La decisión ha tenido sus consecuencias en el sector de la cultura. La Consejería de Educación es un titán con desorbitado presupuesto, problemática y entidad que engulle la actividad diaria de cualquier otra índole. La cultura por otro lado es uno de los sectores estratégicos de Andalucía y uno de los pilares de una incipiente industria que además de dar nuevos puestos de trabajo y rentabilidad económica, favorece la actividad turística, elevando el espíritu y el ánimo de los que la consumen. La incomparecencia de la Junta de Andalucía en la actividad cultural de nuestra región ha sido manifiesta, presupuestaria y políticamente y esto es en gran medida debido al gran volumen de trabajo que genera una consejería como Educación. Por eso, la oblación de Díaz devuelve la dignidad a un sector que se ha convertido en los últimos años en columna vertebral del desarrollo productivo de Andalucía. Aún así en el haber de estos últimos cuatro años brillan el desarrollo de las leyes del cine y la de mecenazgo cultural. Pronto se sabrá el nuevo consejo de gobierno y esperemos que jamás la cultura quede relegada a la última palabra de una denominación ministerial. Lo que aún no llego a concebir es la manía de sumar deportes y cultura en un mismo departamento. Es algo imposible.