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CON PERMISO

Ahora, ¿qué hacemos?

Isabel Naranjo

Miércoles, 7 de enero 2015, 12:44

Acabamos de sellar un año histórico para el turismo en el destino Costa del Sol. O al menos eso dicen quienes ostentan cargos y responsabilidades en la materia. Más de diez millones de visitantes -hagan la cuenta, casi un millón al mes- han elegido esta provincia de forma directa o indirecta para gastar su tiempo, y en algunos casos su dinero. Porque no todo el que viene gasta, por qué no decirlo.

Está muy bien eso de sacar pecho y decir que nos han visitado millones de turistas pero, ¿cuál es el siguiente paso? Que nos visiten millones de foráneos está muy bien pero no sólo de visitas vive el hombre y, por qué no decirlo, lo suyo es que se dejen aquí la pasta, ¿no?

El gasto se nota pero se podría notar más si las circunstancias invitasen a hacerlo: negocios abiertos en festivos, alternativas de ocio visibles... porque, ¿cuántos madrileños, por no hablar de otras comunidades, recalan en la Costa del Sol desde hace años sin haber pisado la capital ni conocer las muchas oportunidades que ofrece? ¿O acaso no son tantas? Sin embargo, destinos castigados por episodios de corrupción que han minado la vida y futuro de muchos inocentes vecinos no han supuesto rémora alguna para muchos que entienden que aquellos no son más que anécdotas de las que reírse cuando el lugareño de turno las rememora... y menuda gracia para quienes los han padecido. Pero ahí está la Costa del Sol, ese destino que tantos foráneos eligieron para vivir, más allá de pasar periodos vacacionales, y para asentar cimientos de por vida.

Sea como fuere, si todos queremos hacer más grande la provincia, basta con sentarse a analizar esos balances triunfalistas que a nada conducen e implementar estrategias y sinergías que contribuyan a potenciar esa gran ciudad con tantos museos que nadie conoce pero que están llamados a ser un revulsivo, entre otras acciones.

Esto no es una guerra de cifras ni una escalada de indicadores. El turismo es un sector que sigue siendo la eterna esperanza y muestra de ello es que el dinero fluye. Cuesta creerlo, pero mejor nos irá si pensamos en positivo porque quien más o quien menos ha podido esta Navidad darse un capricho y, a buen seguro, este año que acabamos de estrenar traerá buenos resultados, más allá de cifras e indicadores que sirvan, para quien lo quiera ver, de estímulo.

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