Estimado Sr. Blesa:

Todavía me asombro al comprobar que existen personas que no entienden lo de sus tarjetas de crédito. Como personalidad que es, más que persona, tenía usted derecho a tener un sueldo de tres millones y pico de euros al año y además a utilizar una tarjeta de crédito que le ofreciese un sobresueldo para sus gastillos personales; no entiendo qué hay de malo en ello si los cargos hechos con ésta ni siquiera llegan al medio millón de euros. Además, quiénes somos nosotros para juzgar en qué se gastaba el dinero de las tarjetas: ya sean en fiestas de lujo, viajes con su empleada preferida, habitaciones de hotel en Madrid para descansar de vez en cuando, restaurantes de alto copete, vinos, o en sus famosas cacerías (por cierto, qué pinta de señor se le ve en la foto con su rifle en mano y una antílope muerta a sus pies en su último safari por tierras africanas). El deporte nacional español es sin duda la envidia y eso es lo que la mayoría de la gente le profesa a usted, envidia y de la mala.

Yo creo a pies juntillas en su integridad ética y profesional, pero incluso en el caso de que haya hecho alguna trampilla, también le apoyo. La corrupción es algo consustancial a la condición humana, hasta creería que es una propiedad innata del humano. Si usted se ha favorecido de la posición que ocupaba demostraría que es más listo que los demás, algo que no me parece un defecto sino más bien una virtud.

Y en el caso de las preferentes también estoy con usted. Su obligación como presidente de Caja Madrid fue sacar el máximo beneficio para su entidad y usted cumplió estrictamente con ese mandato. Qué culpa tiene usted de que la gente no sepa lo que firma, esos viejos tontos no tienen derecho a reclamar nada de nada. Ya verá cómo la próxima vez se leerán todo con pelos y señales.

Abusando de su confianza, me permito trasladarle algunas de mis inquietudes. España está tomando un rumbo que me horroriza, apenas si reconozco a mi país. Ahora abundan movimientos sociales y nuevos partidos políticos que utilizan de manera demagógica la miseria ajena para crecer. Pero sus planteamientos populistas están absolutamente fuera de la realidad y comulgan con una ideología antisistema que pretende acabar con una sociedad que realmente funciona bien y donde nada debería cambiar. Con respecto a la materia que usted domina, se atreven a decir que el sistema financiero español ha obtenido una serie de beneficios y ayudas que otros sectores no han tenido. Piensan que los banqueros han gozado de un trato preferente porque a pesar de su mala gestión no sólo no se les ha demandado, sino que se les ha ayudado. Además, consideran que si el Estado ha inyectado 100.000 millones de euros a la banca (de los que 22.440 millones fueron a parar a la caja que usted presidía) ésta debería abrir el crédito a las empresas y a los ciudadanos porque, a pesar de todo lo que ha pasado, los bancos siguen dando grandes beneficios. También proponen, y esto sí que es demencial, que paren los desahucios a las familias sin recursos que se han visto azotadas por la crisis. Como si un banco tuviera la culpa de la irresponsabilidad de algunos muertos de hambre que se han atrevido a firmar una hipoteca. De locos.

Qué pena, España se desmorona, ya no hay respeto por nada ni por nadie. Todo está injustamente en entredicho, los partidos políticos, los sindicatos, los banqueros, las confederaciones de empresarios e incluso la Monarquía. ¿A dónde nos quieren llevar, al caos?

Yo tengo plena confianza en nuestra administración, en nuestros políticos actuales, en nuestros dirigentes, en nuestros líderes sindicales, en nuestra casa real y en banqueros como usted y espero y deseo que la cordura y la sensatez se apoderen de nosotros y que nuestro sistema político, social y financiero no sufra ningún cambio. Se me erizan los pelos nada más de pensar que cualquiera de estos perros flautas comunistas pueda llegar a tocar poder. Imagínese, un presidente de España con coleta, a dónde vamos a llegar.

En fin, Sr. Blesa, sólo quería mostrarle mi solidaridad con su caso y aprovecho para pedirle, por favor, ya que usted tiene tantos contactos, si puede colocar a mi sobrina en Bankia, en cualquiera de sus oficinas, o en alguna de las administraciones con las que usted ha tenido relación. Ella es trabajadora, eficiente, guapa y muy limpia, seguro que le gustará.

Dios lo guarde muchos años... o no.