Tabacalera, casa de cultura del Siglo XXI
Estamos asistiendo los últimos días a las cifras millonarias con la que los franceses, en un intento de colonización napoleónica, nos sobresaltan los desayunos.
Martín Moniche
Miércoles, 24 de septiembre 2014, 08:48
Estamos asistiendo los últimos días a las cifras millonarias con la que los franceses, en un intento de colonización napoleónica, nos sobresaltan los desayunos. El ... Pompidou de Málaga suma y sigue, haciendo astronómica su puesta en marcha en nuestra ciudad. Que conste que no seré yo el que critique su advenimiento, ya que es una apuesta muy importante para cerrar de una vez por todas, el circuito museístico malagueño. Las prisas no son buenas consejeras y al alcalde la negociación le ha pillado con las municipales de por medio; puede que haya sido esta la razón de cerrar el trato rápido y con tan elevado coste. Aún así, El Pompidou quedará integrado perfectamente en un circuito turístico-cultural que forma el Centro Histórico, el Muelle Uno y los Museos Picasso y Carmen Thyssen, así como el Centro de Arte Contemporáneo; sumando, esperemos que de una vez por todas, el Museo de Bellas Artes de la ciudad. Todo encaja, y si se consigue cerrar el círculo, Málaga será una de las ciudades más importantes poseedora de un patrimonio museístico de primer nivel.
Pero no olvidemos que los museos son infraestructuras decimonónicas que ya los artistas de las vanguardias históricas denostaban, donde el visitante es un mero espectador y su capacidad de interactuar es muy pobre; a pesar de sus programaciones paralelas y exposiciones temporales. Tienen sentido dentro del circuito turístico, pero no en la zona más poblada de Europa; donde las necesidades culturales son máximas. Lejos de suprematismo, de Malévich y de arte ruso, la ciudadanía de la zona oeste y sus creadores, necesitan un gran espacio cultural que les potencie sus cualidades, les forme, les divierta y acabe convirtiéndose en un espacio cotidiano de elevación profesional y personal. El Museo de Arte Ruso de San Petersburgo ya de antemano es una apuesta a espaldas de los malagueños de la Carretera de Cádiz, que visitarán una exposición al año y el edificio les sonará a algo muy lejano. Seguimos en el XIX cuando la Málaga creadora está de lleno en el XXI.
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