El yihadista capturado en Madrid: «Aquí va a suceder algo peor que lo de Mánchester»

El instructor, en el auto por el que mandó este viernes a la cárcel a El Omari por los delitos de pertenencia a organización terrorista, adoctrinamiento terrorista y enaltecimiento del terrorismo, es tajante: «Hay indicios suficientes para determinar que (El Omari) se encontraban en vías de planificación de un atentado terrorista en Madrid». Él mismo había confirmado su intención de atacar en la capital en una conversación con otro radical a través de las redes sociales con ocasión de la masacre tras el concierto de Ariana Grande en Manchester. «No te preocupes. Aquí va a suceder algo peor» anticipó a su interlocutor, al tiempo que festejó la matanza de menores del Reino Unido con una sentencia cruel: «Da igual que sean niños, es lo que se merecen. Nadie se queja por los niños de Siria».

Más inquietante todavía fue su petición al yihadista con el que se comunicaba a través de internet, al que le preguntó «¿tú sabrías fabricar una bomba?» para luego interesarse por el tipo de materiales que necesitaría.

El Omari, como recogen los informes policiales de los que se hace eco el magistrado, había comenzado a buscar este mismo mes un objetivo en Madrid, donde desde hoy y hasta el domingo 2 de julio se desarrolla el World Pride Madrid 2017, la fiesta del orgullo gay mundial que congregará a casi tres millones de personas en la capital y que se presenta como uno de los mayores retos de seguridad para la Policía en los últimos años. El pasado 11 de junio, relata Moreno, el marroquí, acompañado de uno de sus compañeros de piso, Mohamed C., fue seguido de madrugada por los servicios antiterroristas que comprobaron como ambos hicieron vigilancias sobre «lugares y trayectos emblemáticos», y que en todo momento mantuvieron «una actitud vigilante, siguiendo un itinerario lleno de medidas de seguridad». El 14 de junio los dos repitieron de noche otro paseo similar en el que aprovecharon para pisotear unos carteles donde aparecían imágenes de mujeres.

El Omari durante los últimos meses, además de buscar un posible objetivo en la capital para atentar, se había estado preparando mental y operativamente para el suicidio. En su ordenador, los operativos han encontrado 27 manuales de la editorial de Daesh, 'Al Himma'. Entre estos documentos está el manual «Combatiente inghimasi y operaciones suicidas». Se trata de la biblia del muyahidín del Estado Islámico, un tratado, explican responsables de la Comisaría General de Información, para incentivar a acciones de «martirio» buscando siempre el mayor número de víctimas entre el «enemigo». Este manual ha sido la inspiración de muchos de los terroristas que han actuado en Europa en los últimos meses y, sobre todo, está redactado -apunta el auto de Ismael Moreno- para evitar que el «mártir no se arrepienta».

Los servicios antiterroristas creen El Omari había tenido acceso a este abundante material, algunos de los documentos en su poder son muy difíciles de conseguir, gracias a que mantenía un contacto «directo y de forma privada» con miembros del Estado Islámico en Siria e Irak a través de aplicaciones informáticas.

La Policía ha tenido acceso a algunas de las conversaciones que el marroquí residente en Madrid mantuvo con tres de esos terroristas de 'El Califato', uno de ellos preparándose para el suicidio. Sus comentarios, considera el juez, dan buena cuenta de su extremado grado de radicalización: «el que no quiera convertirse al islam tiene que morir por infiel»; «todos los que forman parte de un país de occidente y que han estado involucrados en la lucha contra el Daesh merecen morir»; «los ciudadanos de occidente seguirán pagando por los crímenes que se comenten en Siria»; «la mejor forma de morir es inmolándose, ya que los que defienden el corán tienen el paraíso asegurado» o «convertirse en yihadista es la mejor forma de ser musulmán».

Junto a El Omari, el miércoles la Policía detuvo a sus dos compañeros de piso, Mohamed C., quien le acompañó en los paseos nocturnos, y a un primo de El Omari. Ambos fueron puestos en libertad antes de pasar a disposición judicial.