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Quim Torra.

Torra finiquita su mandato y convocará elecciones tras aprobar los presupuestos

Opta por una voladura controlada de la legislatura, evita un divorcio a la brava con ERC y explorará el diálogo con Sánchez

Cristian Reino

Barcelona

Miércoles, 29 de enero 2020, 07:37

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Quim Torra tiene los días contados como presidente de la Generalitat. Por un lado porque el Tribunal Supremo puede inhabilitarle en cualquier momento y porque el propio jefe del Ejecutivo catalán le dio este miércoles la puntilla a su mandato, que ha estado marcado por un continuo enfrentamiento entre los dos socios de la Generalitat, JxCat y ERC.

El presidente de la Generalitat anunció en un discurso institucional desde la galería gótica de la sede de la Presidencia del Gobierno catalán que, una vez se aprueben los Presupuestos de la Generalitat en la Cámara catalana, hará pública la fecha de la convocatoria de unas elecciones anticipadas. Las previsiones sitúan los comicios como muy pronto entre mayo y junio. El propio dirigente nacionalista reconoció en su alocución, en la que compareció solo, que la «legislatura no tiene más recorrido», «ha llegado a su fin» y es «imprescindible volver a dar la palabra a la ciudadanía».

Torra confía en que las elecciones sirvan para culminar el proceso hacia la independencia

La bronca entre los dos socios secesionistas viene de lejos, casi desde la noche del 1 de octubre de 2017, pero la gota que colmó el vaso fue el episodio del lunes pasado en la Cámara catalana. El presidente de la Cámara catalana, Roger Torrent, acató la retirada del escaño a Torra, de acuerdo a la orden de la Junta Electoral Central, lo que para el dirigente nacionalista fue tanto como un 'casus belli'. Los independentistas guardaron las formas durante la comparecencia de los presos en el Parlament pero por la noche Torra pasó al ataque. A final atendió los consejos de algunos de los consejeros de JxCat, de los alcaldes de su partido y del propio Carles Puigdemont, que no era partidario de ir a elecciones de forma inmediata, y optó por una vía intermedia, que en la práctica supone una voladura controlada de la legislatura. El president tenía sobre la mesa un plan más radical que consistía en cesar a Pere Aragonès como número dos del Gobierno y nombrar en su lugar a un dirigente de JxCat.

Los postconvergentes se aseguraban de esa forma que en caso de inhabilitación del president, quien asumía el cargo de forma interina era un miembro de JxCat y no uno de Esquerra. Pero el relevo de Aragonès hubiera supuesto la salida de Esquerra del ejecutivo y la ruptura definitiva y a las bravas entre JxCat y ERC. El cuerpo le pedía otra salida, sin embargo optó por no romper ya el Govern, al que da tiempo para aprobar las cuentas y pueda empezar a aumentar el gasto en inversión pública de cara a las elecciones. El líder nacionalista trata además de arrebatar a Pere Aragonès la medalla de haber conseguido tener Presupuestos por primera vez en los últimos años. El jefe del Ejecutivo esquivó asimismo aparecer como el responsable de la fractura soberanista, de la que culpabilizó a los republicanos por permitir que el presidente de la Generalitat se quedara sin acta de diputado y quedara a la «intemperie».

«La represión se combate sin doblegarse», tiró con veneno contra Esquerra a la que tachó de socia «desleal». Fue duro aunque dejó puertas abiertas. Y de hecho apeló a que en el futuro esta unidad pueda rehacerse. JxCat evitó este miércoles dinamitar todos los puentes con los republicanos, porque 'arrieros somos y en el camino nos encontraremos' y si bien se especula con que un tripartito de izquierdas sería posible si dan las sumas tras las elecciones, también sería posible la reedición de un nuevo gobierno de coalición independentista. El president dijo que los comicios deben servir para culminar el proceso hacia la independencia.

ERC no quiso hacer valoraciones en público y se limitó a salir al paso con un comunicado. Los republicanos eludieron los reproches, no replicaron los ataques y respetaron su decisión. En Esquerra, que hacía tiempo que daban por liquidada la legislatura, comparten la necesidad de que se aprueben las cuentas y luego se celebren elecciones. Eso sí, criticaron que no tenían conocimiento de los planes de Torra. Aragonès conoció el anuncio solo cinco minutos antes. El PSC, por su parte pidió elecciones inmediatas y Cs exigió a Sánchez cesar a Torra y convocar elecciones aplicando el 155. El PP advirtió de que todo lo que firme el líder de JxCat no será válido porque ya no es president.

Vídeo. Los partidos valoran el adelanto electoral. EP

Reunión con Sánchez

La declaración institucional de Torra se produjo un día después de que Pedro Sánchez confirmara su reunión con el dirigente nacionalista en Barcelona el próximo 6 de febrero. El encuentro debería servir para fijar el inicio de la mesa de diálogo entre los dos gobiernos. El presidente de la Generalitat no está dispuesto a que ERC capitalice todo el mérito de haber sentado al Gobierno a abordar la cuestión catalana y aseguró que tiene la responsabilidad y la determinación de «explorar la voluntad real» del Ejecutivo central para afrontar una negociación «de verdad». «La semana que viene me reuniré con Sánchez», remató. La otra cuestión que tiene que resolver JxCat es la búsqueda de un candidato. Puigdemont puede ser quien concurra como cabeza de cartel, pero a los postconvergentes les falta el aspirante efectivo, el que pueda tomar posesión de su acta y pueda presentarse a una investidura.

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